ENCUENTRO
DE LOS SIERVOS DE ESPAÑA
No podremos nunca olvidar el encuentro que tuvimos los Siervos de Cristo Vivo de España, el fin de semana del 29 al 30 de septiembre en Valencia. El Señor nos sorprendió a todos. Entre miembros, aspirantes y candidatos nos reunimos más de cincuenta hermanos con un gozo extraordinario y con una expectación fuera de la común. Estaban los hermanos de la Casa de la Santísima Trinidad de Madrid, de la Casa Magnificat de Castellón, de la Célula de Rebate, y los hermanos deseosos de formar pronto Comunidad de Siervos de Valencia, Barcelona y Guadalajara. La verdad que el Señor se derramo abundantemente y nos mostró una visión futura de nuestras Casas que nadie nos esperábamos.
El Sábado empezamos con la Eucaristía, donde nos unimos todos los hermanos en un solo corazón y a través del ministerio de música, aquello fue una explosión de alabanza y de amor y la misericordia del Señor nos inundó completamente..
Luego tuvimos las charlas con el hermano Gustavo, del consejo General, que venía para darnos el retiro. El tema que trató fue El Carisma y la Espiritualidad de los Siervos de Cristo Vivo. Fue un tema muy apropiado para ir cimentando nuestros pilares en la comunidad.
Gustavo nos habló de que el don de nuestro llamado a esta comunidad es un regalo de Dios, que nace en los Sentimientos del Corazón de Jesús por el hombre; para vivirlo, comprenderlo, apropiárnoslo y realizarlo es imprescindible, nos dijo, conocer nuestro carisma y nuestra espiritualidad.
Todo el fin de semana, estuvimos reflexionando sobre ello, escuchando como el Señor llamó a los fundadores en el año 1973, la vivencia que tuvieron y como los unió para empezar a darles los primeros pasos para formar la comunidad. La verdad es que todas esas historias nos llenaban el corazón, al ver como el Señor los había guiado hasta la formación de la primera comunidad de Siervos de Cristo Vivo en Santo Domingo.
A través de las enseñanzas de nuestro hermano Gustavo, llenas de sus propias vivencias, pudimos comprender mejor la vocación a la que habíamos sido llamados dentro de nuestra Comunidad de Siervos y cómo el Señor nos preparaba para la misión en la España de hoy. El Señor nos llamaba a las casas de España para que nos movamos a Evangelizar como lo hacían los fundadores porque este país necesita nuestras oraciones y todo nuestro compromiso para sacarlo de esta situación en la que estamos y por esto, el retiro resultó sorprendente para todos. Que el Señor nos llene de su Santo Espíritu para poder cumplir su voluntad y todo ello para su gloria.
A través de los medios modernos de comunicación tuvimos la gran sorpresa y a la vez gran alegría de poder escuchar a nuestra hermana María Armenteros, una de los tres fundadores de la Comunidad. Sus palabras, llenas de vida, venían a corroborar lo que se nos estaba enseñando. Era su testimonio real, era lo que el Señor les fue indicando para la Comunidad. María nos transmitía, con una fuerza que no era otra que la del Espíritu, el verdadero carisma de la Comunidad, todo un regalo del Señor. Gracias, María, no lo vamos a olvidar. A pesar de la distancia en el tiempo y en el espacio, tus palabras van a ser siempre luz en nuestro caminar como Siervos de Cristo Vivo.
Un momento realmente importante fue el sábado por la noche, cuando todos los Siervos de Cristo Vivo, recibieron a Jesús, presente en el Santísimo Sacramento para adorarle en el silencio, donde fue tocando los corazones de cada uno y también guiados por la oración del Padre Juanjo quien paseando por todo el salón fue llevando a un profundo encuentro a ese Jesús Vivo y presente en el Santísimo Sacramento, con cada uno de los adoradores. Así culminamos la noche con el regalo de algunos testimonios muy sentidos y de una profunda unidad de la comunidad.
También tenemos que recalcar el amor de los hermanos que se respiraba; era un ambiente lleno del amor de Dios donde podíamos compartir vivencias, dándonos cuenta de cómo el Señor nos había llevado al punto que nos encontrábamos. Dios quiera que el próximo año nos podamos reunir otra vez y en esa ocasión en la Casa de Madrid, celebrando los veinte años de su fundación.
Damos gracias a Dios por tanta bendición que ha derramado, a nuestro hermano Gustavo y su esposa Mari por su entrega y a los hermanos de Valencia por el cariño con que prepararon el Encuentro, su acogida y su disponibilidad en favor de cada uno de los hermanos.
GLORIA A DIOS.
Casa Magnificat de Castellón
Reportaje gráfico