Hay sorpresas del Espíritu que realmente te dan ganas de
alabar y dar gracias a Dios por su bondad y su cercanía. Y una de esas
sorpresas la tuvieron dos hermanos de nuestra Comunidad, Carmen y Enrique, que
con motivo de una visita a Sicilia para encontrar y conocer parte de su propia
familia, tuvieron la dicha al mismo tiempo de visitar a la Comunidad Siervos de
Cristo Vivo, Casa Emaus, de Messina. La verdad que se encontramos como en casa.
Participaron con toda la Comunidad de la Adoración y reunión del martes y
después les brindaron una cena en donde pudieron compartir con todos ellos como
si se tratase de viejos amigos.
En estas ocasiones cómo se siente el amor de los hermanos y
el calor una familia, la de los Siervos, que, a pesar de las distancias y de la
lejanía material, cuando hay la ocasión están en el mismo sentir y formando un
mismo corazón.
Nuestros hermanos dan gracias a Dios por esta experiencia de
Comunidad que vivieron, al mismo tiempo dan gracias al Diácono Roberto que con
tanto amor los recibió, e igualmente a la familia Franco-Santina que los acogió
en su casa como si de propios familiares se tratase.