LOS
CARISMAS DEL ESPÍRITU AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN.
9.-
La liberación
1.- ¿Quién tiene
computadora? ¿Habéis tenido problemas con los virus? ¿Cómo actúan en la
computadora?
También a las personas
les entran virus. Vamos a conocerlos y a detectarlos, para saber cómo debemos
actuar ante ellos..
Cada día, en el
ministerio de intercesión, nos encontramos con más frecuencias con personas que
tienen problemas mucho más serios que una simple enfermedad o que necesiten de
sanación interior. En los últimos tiempos se ha multiplicado los sanadores, los
que prometen el oro y el moro y lo que hacen en realidad, es extender espíritus
malignos. Y la gente, por ignorancia, se deja llevar y tienen problemas.
Entrar en el mundo
espiritual, sobre todo de los espíritus malignos, es un tema sumamente
complejo, delicado, y no es fácil. Es un
tema de especialización. Si lo tratamos aquí es para dar unos conocimientos
básicos y para estar precavidos, ya que cada día los casos se presentan con
mayor frecuencia. Además, al estar inmersos en este ambiente de mentiras y
engaños, el desconocimiento de ello nos puede acarrear graves perjuicios
En forma particular, es
sumadamente necesario que tengan una sólida formación sobre el tema la
liberación, los que están en el ministerio de intercesión, pues en este
ministerio se van a encontrar con muchos problemas de cosas raras; con una
buena preparación podrán verse libres de muchos peligros. Debemos ser conscientes de que en muchas
ocasiones nos vamos a encontrar con esos problemas y tendremos que actuar
correctamente; de lo contrario nos exponemos, incluso, a que nos veamos
perjudicados y dañados nosotros mismos. No es para jugar.
En este trabajo
estudiaremos la intercesión de liberación, no tanto para que la
practiquemos sino para que sepamos lo
que hay y así evitemos muchos males.
Para mayor claridad
dividiremos el tema en los siguientes puntos.
A)
Perturbaciones del alma espiritual.
B)
Puertas de entrada del enemigo.
C)
Criterios de discernimiento.
D)
Cómo proceder, en forma práctica.
A)
PERTURBACIONES DEL ALMA ESPIRITUAL.
2.-
Unidad del hombre.
En primer lugar, bien
sabemos que el hombre se compone de cuerpo, alma y espíritu y todo ello
formando una unidad. Pero esa unidad se puede desequilibrar en cualquiera de
esas partes y de ahí vienen a surgir una gran multitud de situaciones extrañas.
Si decimos que la liberación es compleja es porque las situaciones en que nos vamos a encontrar
son innumerables.
El alma es lo que le da
vida al cuerpo, lo que lo “anima”. Es el alma el que le da funcionalidad a cada
célula del cuerpo.
Nuestra alma, al ser
creados a imagen y semejanza de Dios, tiene una parte más sensible y con la
cual se puede poner en contacto con el
Espíritu Santo. Es el fondo del alma, como dicen los místicos. A través de la
oración el alma espiritual puede dialogar con Dios, nuestro Padre. Puede haber
una comunicación de amor con Él. Todo será gracia pero esa gracia el Señor nos la regala. El alma
espiritual es eterna pero tiene la configuración espacial de nuestro cuerpo
físico. También los animales y las plantas tienen alma pero es un alma animal y
vegetativa pero no espiritual; por lo tanto, no es eterna.
“Como dijimos, somos
una unidad indisoluble. Cada parte del cuerpo depende de una central que es el
cerebro anatómico; al cual no solo llega lo puramente orgánico, sino también el
alma quien es quien lo anima. Y todo, absolutamente todo, se relaciona y
depende en el hombre de nuestro “espíritu”, principio animador de toda vida”.
El “alma espiritual” que, si bien no tiene una ubicación anatómica específica,
utiliza todo el cerebro para ir
recogiendo todas las vivencias de la vida: amor – odio; aceptación – rechazo.
Ahora bien, cuando
sufrimos enfermedades orgánicas: del corazón, del riñón, de las articulaciones, etc., la alteración se
encuentra en el cuerpo; el problema está en las manos de los médicos. Cuando se
van muriendo las neuronas cerebrales – demencias., el alma se encuentra sin
sustrato anatómico para actuar; el alma no muere pero no tiene forma de actuar
debidamente. De ahí se derivan muchas perturbaciones sicológicas, neurasténicas, esquizofrenias, etc. La
solución, también en estos casos, está
en manos de los médicos.
3.-
Vayamos ahora a las perturbaciones del alma espiritual.
También el alma espiritual puede ser dañada y sus manifestaciones no solo
pueden implicar al alma misma, como sería el pecado, sino que pueden implicar a
cualquier parte del cuerpo ya que, como dijimos, el alma es el principio
animador de toda vida. De entrada nos
podremos dar cuenta de las múltiples situaciones en que nos podremos encontrar,
con lo agravante de no ser fácil distinguir si son enfermedades puras del
cuerpo o si hay ahí perturbaciones del alma espiritual.
Necesitaos ahora
conocer aquellos espíritus que nos pueden inducir al mal, que nos pueden infestar.
Hay que reconocer, sin ninguna duda, que quien nos puede inducir al mal, que
nos puede infestar, es Satanás y todos los espíritus malignos que están a sus
órdenes, con misiones específicas. Todos son espíritus reales y muy
inteligentes, superiores a nosotros. Su arma principal es la mentira, el
engaño.
4.-
¿Cómo se manifiestan?
Debemos conocer, que el
siquismo del hombre se reduce a cinco funciones; no es exacto pero sí para una
mayor claridad. Existen, lo que llamamos, dos funciones principales: la
inteligencia y la
voluntad. Y hay tres funciones menos nobles que se llaman:
memoria, imaginación y afectividad. Si no hubiéramos sido pecadores estas cinco
funciones estarían muy en armonía unas
respecto aq otras, pero por causa del pecado ya no existe esta armonía y hay
una gran incoherencia entre las tres funciones menos nobles: memoria,
imaginación y afectividad: son como unas veletas que giran según el tiempo que
sopla. Y por causa del pecado que hay en nosotros, nuestra voluntad no es
suficientemente fuerte para armonizarlas unas con otras; además por el pecado
que existe en nosotros, nuestra inteligencia está obscurecida y no puede captar
todas las realidades de la vida y está muy limitada.
Si el maligno encuentra
una puerta abierta para introducirse en nosotros, solo podrá infiltrarse en las
tres funciones menos nobles, y en los casos graves podrá pervertir nuestra
memoria, o nuestra imaginación o nuestra afectividad. Pero jamás podrá
pervertir nuestra inteligencia ni nuestra voluntad, porque esas funciones
nobles, Dios se las reserva para sí, y es a través de ellas que Dios se
comunica con nosotros. Esto no quiere decir que a veces, la inteligencia y la
voluntad estén sofocadas, obscurecidas, debilitadas por la infiltración maligna
en las funciones menos nobles. (Retiro impartido en Bilbao por Philipe Madre y
equipo)
Los espíritus malignos utilizan
todo tipo de ardides referentes a tentaciones, especialmente en el terreno del
poder (económico e intelectual) y en el
sexual (búsqueda de placeres no aceptados por Dios. Al principio actúan sobre
las partes más débiles de la persona, para después ir minando a todo el ser. El
individuo, al principio no se da cuenta de ello ni de que está infestado; solo
se da cuenta de que no tiene paz, de que le pasan cosas raras y ahí empieza una
lucha sobre “qué debe hacer”. La estructura síquica, la afectividad y la
voluntad cada vez están mas debilitadas.
Recordemos siempre que
Satán nunca puede entrar en nuestra casa, en nosotros, porque nuestra casa es
templo de Dios por el bautismo; Es
el león rugiente que está a nuestro alrededor esperando
devorarnos, que mientras no les demos entrada con un Pacto voluntario con
Satanás, no puede hacer nada. Pero sí se vale de sus secuaces para arrebatarle
a Dios esa alma. La vida del hombre, por causa del pecado, es una lucha en la
que hay que estar preparados y guardados con la armadura de Dios, como nos lo
advierte el Apóstol. La gracia nunca nos va a faltar y nadie puede cambiar
nuestra vida, salvo que nosotros mismos no les demos entrada a nuestra alma;
por eso Dios se reserva nuestra voluntad para que con ella podamos actuar.
5.-
Lo importante, en este tema, es no ser simplistas;
tenemos que evitar dos extremos:
a)
Creer que el demonio ya no existe, que
no se preocupa de nosotros. La sociedad de hoy quiere explicar todo lo que nos sucede por medio de la ciencia
e ignora completamente todo lo que sea espiritual. Nosotros debemos confesar
que los espíritus malos existen, son reales, muy inteligentes y desean nuestro
mal, nuestra perdición. Jesús, en varias ocasiones, expulsa demonios y en una
ocasión, le dicen que son legión; Jesús, cuando manda a los apóstoles a
predicar les da poder para echar a los demonios. Jesús fue tentado por el
demonio varias veces y también nosotros seguimos tentados. Cada vez nos llegan
más peticiones de oración sobre problemas de espíritus malos que dañan a las
personas.
b)
Es ver al demonio por todas partes. Es
creer que todo sufrimiento es diabólico. Muchos sufrimientos está permitidos
por Dios para nuestra purificación y para entrar en una intimidad mucho más
profunda en el amor de Dios.
6.-
El campo de la liberación.
Hemos visto que cuando
se producen enfermedades orgánicas, propias del cuerpo, la solución está en los
médicos. Pero cuando se producen infecciones en el alma, sea cual sea, entramos
en el campo de la
liberación. En muchos casos, el problema está en ambas áreas
y entonces ¿cómo actuar? Hay que
intentar trabajar de una manera compartida: a cada uno lo suyo, pero obrando de
común acuerdo.
Veamos diversos grados
de infiltración maligna.
a)
El primer grado, propiamente no es una
infiltración del maligno. Son las heridas recibidas durante la vida y que
favorecen la tentación. La
tentación es la invitación del espíritu del mal a rebelarnos frente a Dios y
caer en pecado”. Todos somos tentados pero con la gracia de Dios podemos
vencerla. Jesús fue tentado. Las heridas son como parásitos en nuestra vida
espiritual o en nuestra afectividad. Ahí solo es necesaria una oración de
sanación interior.
b)
El segundo grado de infiltración es lo
que llamamos los lazos, las ataduras. Son ataduras respecto a una persona o a
una situación, como un problema habido con nuestro padre, o un accidente grave
que hayamos vivido y que está retenido en nuestra memoria. En estos casos no
decimos que hay una presencia del maligno en nosotros, sino más bien como una
presencia del maligno que está pegado a nosotros, algo parecido a un pulpo. Todo
ello puede engendrar miedos, angustias. Generalmente con una oración de
sanación interior puede desbloquear dicha atadura, pero a veces se requerirá
una liberación si la situación es más profunda.
c)
El tercer grado de infiltración es el
más importante y es lo que llamamos dominación, dominio. Es la presencia de uno
varios espíritus del mal que están en su persona, en su vida sicológica o en su vida afectiva. Las
perturbaciones que engendran pueden ser muy graves y hacernos creer en una
enfermedad sicológica, cuando en realidad es una enfermedad espiritual. Hay
estadísticas que demuestran que un gran número (hasta un 80%) de personas
hospitalizadas en siquiatría son a causa de enfermedades espirituales causadas
por el maligno.
Son aceptados cuatro
niveles de dominio.
a) La opresión.
Es la influencia maligna en una parte del
cuerpo o todo él, como puede ser una enfermedad, que no encuentra una causa ni
una curación física, síquica o parasicológica”
b).
“La obsesión. Es la
influencia maligna en alguna parte del alma, que se parece a cualquier
enfermedad síquica, pero la causa no es física ni síquica ni parasicológica,
sino maligna”.
c) El maleficio. Es
la acción malvada de un hombre contra otro realizada por medio del demonio. Si
bien el maleficio no es fruto de abrir una puerta al enemigo, con todo hay que
tenerlo en cuenta, ya que es una
intervención directa del demonio en la vida del ser humano. El P. Amorth,
exorcista reconocido mundialmente, nos da las siguientes pautas.
“El
maleficio se califica como acción
malvada de un hombre contra otro realizada por medio del demonio.” Es como si te echasen el demonio encima. “Es
como contratar a un asesino, o una banda de matones y de verdugos”. “Esto resulta terrible y devastador, solo al
pensarlo.”
Si
bien aparece que no se puede evitar el mal, conviene recordar, que los
maleficios no pueden nada contra las
personas que están unidas a Dios en
oración y en la frecuencia de los sacramentos; unión que debemos renovar cada
día.
“Los
tipos de maleficio son múltiples y se usan
desde muy antiguo: hechizo, atadura, maldición, macumba, vudú, mal de ojo, filtros mágicos…” “Y se usan polvos mágicos, pociones, sapos,
ratones, serpientes, gatos negros, alfileres, muñecas de trapo, sangre
coagulada, clavos oxidados, formas metálicas extrañas, etc.”. “Los magos,
hechiceros, a través de estos objetos y animales, cumplen sus ritos maléficos
por encargo. Y no se dude respeto a su eficacia. Por medio de ellos el demonio
actúa directamente sobre las personas a las que va dirigido el maleficio”, si
no llevan una vida cristiana auténtica.
Hay
que aclarar y precisar que la víctima que sufre el maleficio es inocente. En
cambio, es extremadamente culpable quien hace el maleficio y quien lo encarga.
También
hay que aclarar que la mayoría que se presentan como magos, hechiceros,
cartománticos, son embusteros. Su único interés es sacar dinero a sus victimas.
Por ello son igualmente culpables en forma grave, porque pueden llegar a
destrozar a las familias.
d) “La posesión. Es la entrega consciente, libre y voluntaria a
Satanás, para que él tome posesión de una persona y de su libertad, con el fin
de obtener riquezas, poder y placeres”.
B)
PUERTAS DE ENTRADA DEL ENEMIGO.
7.-
Los espíritus malignos no pueden entrar en el hombre
a no ser que él le abra la puerta.
a)
Una de las puertas que el hombre abre al
diablo es el esoterismo en sus diversas formas; todo lo que hace referencia a
prácticas ocultas o de adivinación, como curanderos, magia negra. Ello puede
ser conciente o inconciente, por curiosidad, por ignorancia, por miedo. Muchas
veces es fruto de una credulidad infantil, inmadura. Creer que con métodos
egocéntricos se puede conseguir poder y poderes y van detrás de métodos de
cualquier iluminado que les prometen el oro y el moro. No importa que sean
personas cultas o ignorantes; cualquiera de ellas las vemos acercarse a
curanderos, adivinadores diversos, juego del café, tirar las cartas,
astrólogos. En cuanto a los curanderos hay que distinguir entre personas que
tienen una ciencia natural de curación (en muchos casos por influjo de
espíritus malignos) y los embaucadores.
b)
Cuantas veces queremos conocer el futuro
que es propio de Dios. Y nos adentramos en la adivinación, censurada
específicamente por la
Palabra. Curiosear el futuro implica concurrir a
parapsicólogos, utilizar el péndulo,
hacer quiromancia. En una palabra, desplazamos a Cristo y buscamos a otros
dioses, con consecuencias desastrosas para el alma espiritual.
c)
Las prácticas de concentración mental
que vienen de extremo oriente y todo lo que tiene que ver con el yoga, el zen,
la meditación trascendental, el control mental. Tal vez estas prácticas no sean
en sí mismas diabólicas, pero ellas llevan a acrecentar mi “yo”: Son atajos que
me apartan de Cristo y abren mi alma al espíritu del mal. Lo cierto, hay que
decirlo, son anticristianas.
d)
Tenemos una cuarta puerta en las
dependencias alienantes del siquismo, como pueden ser las drogas y el alcohol.
La infiltración del mal en la droga se expresa sobre todo, en el terreno del
sexo; mientras en el alcohol, se expresa en el terreno de la autodestrucción y
de la muerte.
e)
Otra puerta son las depravaciones
sexuales. Se trata de relaciones sexuales en cuanto sean pervertidas, las que
no se realicen conforme a la ley natural, y sobre todo si se reproducen con frecuencia. No olvidar
que también estas depravaciones se pueden realizar a través de miradas, pues
uno puede quedar marcado por escenas depravadas que se hayan visto en el cine,
en una foto o en un acontecimiento concreto accidental. Todo ello lleva abrir
una puerta a espíritus malignos y se hace necesaria una liberación.
C)
CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO.
8.- Los hermanos que
están en el ministerio de intercesión saben muy bien que a ellos se presentan
personas con mucha variedad de problemas y que para atenderlas bien necesitan
de un gran discernimiento, discernimiento que no basta el natural, sino que hay
que contar con el carisma. Ante situaciones difíciles de juzgar y determinar,
todos nos encontramos anonadados, a pesar de que buscamos formación y espíritu.
Simplemente debemos obrar confiando plenamente en la gracia del Señor, al
habernos sentido llamados y confirmados en este ministerio.
En estos momentos
daremos criterios de discernimiento y
modos de actuar, para no meternos en algo que nos sobrepasa, teniendo la
humildad de pasarlo a quien corresponda.
En primer lugar, es de
gran ayuda e indispensable, el poder escuchar a la persona y tener un diálogo
sobre lo que le está pasando; si conocemos sus hábitos, nos proporcionará
muchos datos de discernimiento. Con todo hay que ver en el discernimiento si
las causas que la persona presenta son o no un simple tapón para ocultar las
causas principales, de las cuales no quiere liberarse.
Ya vimos que los
problemas que las personas pueden presentar tienen su origen en enfermedades
físicas, en enfermedades psíquicas y en infecciones del maligno. Pueden
presentarse separadas, pero con mucha frecuencia se presentan mezcladas.
De ahí la gran
importancia de discernir bien por los grandes peligros en el diagnóstico. Y el
diagnóstico no es fácil porque el problema es muy complejo y variado.
Por los enfermos del
cuerpo y del espíritu, podemos y debemos orar, pero tener la delicadez y la
caridad de dirigirlos a un médico o a un psiquiatra para que tengan remedio
humano adecuado. Dios también trabaja a través de los médicos. En las
enfermedades raras, los médicos no lo tienen fácil.
Cuando se trate de
casos en donde la infección del maligno va unido a alguna enfermedad, habrá que
ir con el mayor tino para realizar una liberación sin olvidar la parte del
médico.
Como regla general y
como principio, descartar, ante un problema, que haya infección diabólica.
Primero de todo, verlo como enfermedad humana, que es lo más normal. Si después
de oír a la persona y llegar a la conclusión a través de los diversos discernimientos
que hay infección, entonces derivarlo a un equipo que realice la intercesión
por liberación. No olvidemos que el discernimiento es el elemento más crucial
en la liberación. En
la liberación uno se enfrenta con espíritus malos y ello requiere de una preparación especial y
adecuada. La liberación debe ser administrada con gran precaución, si se ve
realmente la influencia del maligno. No se puede jugar con ello.
En la vida de Jesús
vemos que actuaba de diferentes maneras; la mayor parte de las curaciones eran simplemente físicas; en
algunas, era expulsión del demonio, junto con la curación física; y en otras
era liberación de obsesión, cuando añadía: no peques más..
El primer
discernimiento que hay que realizar es el natural. Para ello usar el sentido común,
la lógica. La
experiencia en esos menesteres es de gran ayuda. Estar apoyados por personas
con experiencia.
9.-
Elementos para discernir si hay infección maligna
Los criterios que vamos
a dar y que se emplean en el ministerio de liberación, no son seguros ni
contundentes. Uno solo, menos. Si se confirman varios criterios, podrán ser
pautas de discernimiento muy valiosas. No olvidar que hay que obrar con la
mayor prudencia humana porque todos nuestros criterios siempre serán sujetivos.
Junto con nuestros criterios, hay que mirar y conocer a la persona, a su
historia; podríamos, de no hacerlo así, cometer muchos errores irreparables. No
podemos obrar como unos iluminados que todo lo ven y que todo lo saben.
Muchos autores dan los criterios en forma muy
discreta y notablemente como orientaciones. Entiendo que así los debemos tratar
y usar
a La presencia de puertas abiertas. (Las
que vimos anteriormente) A través del diálogo, averiguar si la persona tuvo
contacto con prácticas esotéricas o afines. Si hay practicas de
concentración mental, como el yoga. Si ha habido o hay droga, alcohol,
depravaciones sexuales. Estas prácticas pueden ser concientes, sabiendo en qué
se metían, o inconcientes, como quien lo tenía como un juego. Pueden ser
culpables o no culpables, cuando otro los metió en ello.
b) Si hay desproporción entre la vida
normal de la persona y los síntomas. En una persona con una vida pecaminosa,
veremos si los síntomas superan a esa misma vida normal de la persona.
c) La coincidencia del comienzo de los síntomas con una experiencia
perturbadora. (Espiritismo, lectura de cartas, etc.)
d) El aumento de los síntomas ante
manifestaciones religiosas. Muy frecuentemente, cuando hay infección maligna,
los síntomas se agravan ante un acto religioso, como por ejemplo, cuando se
está alabando, cuando se expone el Santísimo, cuando se la invita a orar.
Nosotros lo experimentamos en el grupo de oración en Castellón. Una señora
empezó a hablar con voz de niña y al ratito con voz de hombre. El susto fue
nuestro.
e) Cuando se ha procedido a una oración de
sanación interior, y los síntomas se agravan notablemente.
f) Cuando las perturbaciones se producen
con gran incoherencia, de golpe, y se van de la misma manera. Si es una sola
vez, no pasa nada; si se repite, hay que sospechar.
g) Si las perturbaciones, los síntomas, no
pueden estar dominados por la persona y su voluntad las rehúsa. Atentos, que
estos mismos síntomas se presentan en psicopatologías.
h) Si se reciben revelaciones ocultas por
vía mental, pseudotelepática, como presentimientos, premoniciones que distan
mucho de ser confirmadas por los hechos.
10.-
Peligros en el discernimiento.
Sabemos bien y no hay
que olvidar, que Satanás es el padre de la mentira; y ante una liberación nos
puede presentar diversas formas de engaño muy sutiles:
a) Ante la opción de una liberación se
puede disfrazar presentando acciones buenas para saltarse “la obediencia”.
b) Impulsar la liberación sin la compañía y
respaldo de una comunidad.
c) Que nos contentemos con pequeños frutos
y así derrotarnos.
d) Aprovecharse de nuestra simplicidad
espiritual para meternos en una liberación que no nos corresponde.
e) Haciéndonos creer en la rapidez de los
frutos de la liberación sin esperar los tiempos de Dios.
Por todo ello, se ve la necesidad en el intercesor de ser persona humilde,
estando siempre bajo la Voluntad de Dios y a lo que Él quiera y disponga. Las
pautas las marca Dios ya que solo Dios es quien libera.
D)
CÓMO PROCEDER, EN FORMA PRÁCTICA.
10.-
Para proceder en una liberación se requieren unas
condiciones muy especiales. Por todo lo que hemos dicho es fácil comprenderlo y
aceptarlo.
a) De parte de la persona que recibe
la liberación:
*
Que la persona desee ser liberada por Jesús.
* Que la persona comprenda lo que va a
suceder.
* Que sepa que la liberación es eficaz
pero se puede volver a caer como tentaciones.
* Hace falta que la persona entienda que
a partir de ahí su vida debe ser fortificada con una vida de oración, de
sacramentos.
b) De parte del equipo de liberación.
Lo
más difícil para el intercesor es hacer el diagnóstico adecuado. Por ello
entendemos que el intercesor debe tener las cualidades propias de su
ministerio, principalmente el de discernimiento de espíritus. Vamos a presentar
las características de un buen intercesor que ora por liberación, que son más
estrictas que las de un equipo de intercesión normal. Me refiero a la
liberación de opresiones y obsesiones, en donde hay que enfrentarse a espíritus
malos. La liberación de la posesión es exclusiva de los exorcistas autorizados
por el Obispo.
* A nivel humano.
La persona que está dedicada a orar por liberación debe estar debidamente
formada sobre todo aquello que esté relacionado con dicha liberación. Es bueno
saber algo de psicología humana, del desarrollo de la actividad del cuerpo
humano y de las infecciones que el alma puede recibir. A través de libros,
cursillos y retiros temáticos, se podrá formar debidamente; nunca sabrá lo
suficiente en un campo tan complejo y difícil.
Hay que recalcar que la ignorancia lleva a la debilidad y en la
debilidad nuestra, el enemigo tiene la mejor baza.
* A nivel espiritual.
Hay que tener presente que nos enfrentamos con espíritus malignos y la
principal coraza contra ellos es una vida de gracia, a través de una vida
de oración, de la misa diaria, de la
comunión, de la lectura de la
Palabra. Hay que estar en la orilla de Cristo; de lo
contrario ni se intente. Puede traer consecuencias a corto o a largo plazo. El
P. Fortea, exorcista, comentaba en unas entrevistas que tuvo en Perú, que lo
principal para combatir a los espíritus malos, es una vida de oración plena.
* Desprendimiento del
“yo”. En los caminos del Señor hay que estar siempre
abiertos a la Voluntad
Divina : Quiere decir, que sobre todo en este ministerio, debo
obrar no siguiendo mi voluntad sino la de Dios. No soy yo el que libero, ni el que pone
todo el esfuerzo de su parte; es Cristo Jesús quien libera. Si YO transito por
caminos haciendo Mi voluntad, me traerán como consecuencia la apertura del alma
profunda a basuras de las tinieblas. Y eso es muy peligroso. La oración de
liberación no es un mandato mío en nombre de Jesús; simplemente debemos pedir a
Jesús que libere. Hay quien pone toda su energía y un gran esfuerzo en esa
liberación para lograrlo y terminan cansados, extenuados y a veces, en
situación peor. En la oración de liberación desterrar categóricamente el YO (el
egocentrismo) pues es un campo del maligno. Nuestra actitud debe ser de
abandono total a la Gracia, sabiendo que ella siempre es previa a nuestra
oración.
* Carisma de
discernimiento de espíritu. Es
bueno y necesario que en el quipo de liberación haya uno, al menos, que tenga el carisma de discernimiento de espíritu que nos ayude a conocer si la enfermedad
viene del demonio o de lo humano, y qué remedio hay que poner.
* Autorización del
equipo de liberación. Las oraciones de liberación deben ser
dirigidas por personas autorizadas por la Iglesia o por aquellos a quienes la
Iglesia ha confiado la responsabilidad de dirigir y orientar los diversos
grupos de oración. Es preferible y prudente que asista un sacerdote en una
oración de liberación. Se recomienda que el propio director espiritual sea
quien autorice a este servicio. Jesús, cuando mandó a sus discípulos a
predicar, les dio, entre otras cosas, el poder de expulsar a los demonios. El
equipo necesita de ese envío.
11.-
Algunas consideraciones a tener en cuenta en la liberación.
*
La liberación no es una cosa total en sí misma,
sino es un camino; La liberación es una etapa; debe seguir un camino de
reconciliación y de vida cristiana.
*
Hay que buscar y el infestado aceptar, cual fue la puerta de
entrada que permitió la
infección. No escatimar tiempo para ello. En este momento
habrá que discernir si necesita liberación de obsesión, de opresión o de
liberación; en este caso (muy raro) hay que dejarlo para el sacerdote
exorcista. Para que la liberación sea más eficaz, es útil saber qué áreas de la
persona necesita ser sanada, Jesús
también preguntó: “¿Cuál es tu nombre? Le contestó, mi nombre es legión porque
somos muchos” (Marcos 5,9). Al saber que área de la vida está infestada se
puede orar más directamente sobre ella.
*
El equipo se preparará espiritualmente antes de la
intercesión, con ayuno, sacramentos. No es conveniente que sean más de tres.
Tendrán un equipo de intercesión, a parte, que estén orando por la liberación.
*
La intercesión no hay que realizarla en público.
Al demonio le gusta el show. Debe quedar en secreto la persona que ha sido
sanada; en los testimonios, evitar cualquier relación que detecte a la persona.
*
Una vez que la persona a liberar haya aceptado la causa
de la infección, ayudarle al arrepentimiento de corazón ya que incurrió, con certeza, en una ofensa a Dios,
y permitió la entrada de aquello que en estos momentos está sufriendo. Es necesario
que haya confesión sacramental y renuncia a todo lo malo, renovando las
promesas bautismales. No se le puede hacer oración de liberación si no está en
gracia de Dios. El estado de gracia ayuda a que el espíritu malo se sienta
incómodo en ese lugar y sea más fácil echarlo.
*
Debemos distinguir una liberación de opresión de una de obsesión.
Si se trata de opresión, si la
infección es por maldiciones, enfermedades sin origen físico, la oración se realiza
una vez que la persona esté en gracia de Dios y generalmente la opresión se
resuelve con bastante facilidad.
Si es una liberación por obsesión, si la
infección es con espíritus impuros, la actitud es distinta; siempre debemos
seguir las mociones del Espíritu pero generalmente la sanación puede demorar varios
meses. La vida sacramental aumenta la gracia en el alma del infectado y así las
entidades inmundas se sienten cada vez más incómodas; lucharán con
pensamientos, le harán ver que lo anterior es lo mejor. Y si se ven
acorraladas, incluso le pondrán deseos de muerte. Son momentos que hay que
ayudar a la persona a mantenerse firme; si cae, confesarse de inmediato. Ahí
está el secreto. El camino a seguir es “quemarle la casa a esas porquerías”. En
algunos casos se ve la necesidad de no hacerle la oración de liberación hasta
que la persona esté más llena de Cristo y menos de Satanás. En otros casos, si van haciendo oraciones de
liberación periódicas hasta que la persona queda libre del todo. Si no hay las
condiciones necesarias, sería contraproducente y peligroso; así lo expresan
personas que están en eso.
*
El punto culminante de la liberación es el mandato en el
nombre de Jesús. S. Pablo así lo hizo: “En el nombre de Jesucristo te mando que
salgas de ella” (Hechos 16, 18). Las órdenes de Jesús siempre fueron
obedecidas; en nosotros deben serlo también. Si no lo son, algo falla en
nosotros y debemos buscar las causas y quitar los impedimentos. Estos pueden
ser:
a)
Que el infectado ha perdido el estado de
gracia, al caer en la tentación.
b)
Por culpa del equipo de liberación:
cuando personas no preparadas se atreven a liberar; cuando personas preparadas
han perdido el estado de gracia y no están en disposición de actuar; cuando
cometen la imprudencia de sentirse
artífices de esa liberación, anteponiendo su yo en el acto de liberar.
Tenemos que estar completamente despojados de nuestro yo.
12.-
* En el momento de la liberación se puede hacer,
además, según la moción del Espíritu, lo siguiente:
a)
Leer la Palabra de Dios. Las entidades
malignas no resisten la Palabra de Dios y generalmente se retuercen e incluso
no dejan escuchar la
Palabra. Es buena señal.
b)
Canto en lenguas. Nosotros no lo
entendemos, pero los espíritus sí lo entienden y hace el mismo efecto que la
Palabra.
c) Agua bendita, combinándola con lo
anterior. El agua bendita, “les quema” el cuerpo del infestado. Incluso se la
puede dar a beber un buen vaso.
d Cantos de alabanza a Cristo. Con ellos
se corrobora el poder de Cristo. Los espíritus malos no pueden escucharlas. La
alabanza hace maravillas en la liberación porque hay que decirlo hasta la
saciedad, quien libera es el poder de Cristo.
e)
El nombre de María. Con la Virgen los
espíritus malignos se descontrolan. Si bien el poder es de Jesús, con María
santísima ocurre algo muy particular: no toleran ni siquiera la sola mención de su nombre.
*
Hay que recordar que muchas veces no basta una sola
sección para que haya una completa liberación; habrá que repetirla todas las
veces que sea necesario.
*
La dirección pastoral. Es de suma importancia el
acompañamiento de la persona para su fortalecimiento y crecimiento espiritual.
No se la puede dejar. A un enfermo que ha salido de una fuerte crisis, hay que
cuidarlo ya que se encuentra con mucha debilidad. Así igualmente sucede con las
personas que han sido infectadas y liberadas.
Abandonarlas es de una irresponsabilidad pastoral a todas luces.
13.-
Resumen.
Al final de esta
enseñanza nos damos cuenta que no es fácil actuar correctamente en este
ministerio de la liberación por la gran variedad de formas que se puede presentar
y porque nos podemos estar enfrentando con el espíritu del mal. Además, no es
fácil recordar todo lo que hemos dicho. Lo que realmente pretendo hacer
entender es lo siguiente:
* Saber que se `pueden
presentar casos difíciles y que no hay que tomarlos a la ligera. Con los
espíritus malignos no se puede jugar, pero tampoco tenerlos miedo si estamos
preparados.
* Que es de suma
importancia hacer un correcto discernimiento antes
de actuar; si no lo vemos claro, seamos humildes y pidamos ayuda.
* Es fundamental la
preparación del equipo de liberación, tanto a nivel
espiritual como humano.
* Actuar siempre con
orden pero siempre dejándonos llevar por Espíritu Santo,
factor esencial en toda intercesión, especialmente en la liberación.
* Saber y estar
plenamente convencidos que quien sana y libera es
únicamente Dios, el Señor.
14.-
Conclusión.
El Señor nos llama a
participar de su misión, a sanar los corazones. Si nos llama, Él nos dará todos
los carismas que necesitemos, contando también con nuestra disponibilidad e
interés. No hay que tener miedo; vamos bien acompañados. Que el Espíritu del
Señor nos infunda su amor.
15.-
Oración.