LOS CARISMAS DEL ESPÍRITU AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN.
4.-Palabra de conocimiento. Palabra de
sabiduría.
1.- Historia de una
persona que está enferma y acude al médico. Primero se busca el mal que tiene y
después da el remedio adecuado.
2.- Esto es, justamente
lo que sucede, en una de las características, de la palabra de conocimiento y
de sabiduría; con la primera se conoce el mal de una persona y con la otra es
el remedio. Así lo
expresa el P. Robert de Grandis. Pero vayamos ahora a
profundiza más en estos carismas porque tienen muchas más aplicaciones, incluso
en lo se refiere al caso que hemos indicado anteriormente.
PALABRA
DE CONOCIMIENTO.
3.-
Palabra de conocimiento.
La palabra de
conocimiento, si lo tratamos teológicamente o bíblico, nos encontramos con
muchas opiniones y discusiones; las palabras utilizadas por Pablo para expresar
este carisma, se prestan a muchas interpretaciones, según la traducción del
griego que se hagan; incluso se ve una relación con el don de ciencia.
Ha sido en la
Renovación en donde este carisma se ha desarrollado de una forma práctica y
novedosa, pero real, como verdadero carisma del Espíritu. El P. Emiliano Tardif
recibió este carisma del Espíritu como ayuda y confirmación de su
evangelización. Pero no le fue fácil que le aceptasen este carisma, por su
novedad. Así sucedió en un Congreso internacional de la Renovación realizado en
Colombia. El P. Emiliano asistió junto con Evaristo y María Sangiovani, en
representación de la Renovación de la R. Dominicana. Al
no poder asistir el predicador que debía dirigir el Congreso, pidieron al P.
Emiliano que lo dirigiera él. Después de la oración de sanación, el equipo del
P. Emiliano empezó a tener palabras de conocimiento, indicando que Dios estaba
sanando a muchas personas; los organizadores del Congreso se volvían locos;
este cura, se decían, nos va a estropear todo el congreso. Pero cuando al día
siguiente, se confirmaron las Palabras de conocimiento, pues las sanaciones se
habían realizado, los organizadores, humildemente, le tuvieron que pedir
perdón. A partir de ahí, al darse a conocer, el P. Emiliano empezó su
evangelización por todo el mundo.
Desde el punto de vista
intelectual, no es fácil entender y aceptar este carisma. En realidad, para
muchos les suena algo raro e incomprensible que alguien pueda saber lo que está
pasando en el interior de las personas. A nosotros, en la Renovación, se nos da
a conocer este carisma que resulta muy útil para evangelizar y hacer bien. ¿Lo
estamos aprovechando?
4.-
¿En qué consiste el carisma de la palabra de conocimiento?
El P. Emiliano lo
explica así: “La palabra de conocimiento es un carisma del Espíritu Santo que
sorprende mucho a los que viven esta experiencia. Es la comunicación de una
seguridad interior, una certeza que no se adquiere a partir de una reflexión o
de una deducción. Es como una idea que invade nuestra mente con intensidad.
Ésta nos acapara como una palabra sin sonido, una palabra que viene del
interior de nuestro ser y permanece presente en nuestro espíritu durante
algunos momentos. Y resulta que, con este pensamiento en nuestra mente, estamos
seguros de algo, pero no podemos explicar cómo lo sabemos. Sabemos que no viene
de nosotros, pero sí pasa a través de nosotros.
Es como si la luz del
Espíritu en nosotros iluminara una realidad que pasa, una realidad que pasó en
la vida de tal persona o de tal comunidad, y al mismo tiempo, ese conocimiento
nos viene a ayudar a resolver algún problema, a anunciar alguna bendición del
Señor que sucede en ése momento, como lo podemos ver, por ejemplo, durante un
ministerio de sanación."
Y añade: “Llega una
idea clara a la mente. En
la medida que la comunicamos van apareciendo los detalles adicionales”. Es
indispensable que lo vayamos comunicando en la medida que van apareciendo
.
En el ministerio de
sanación se podría profundizar diciendo que: “Es una visión rápida como la luz,
es una palabra en lo profundo de nuestro corazón, es una imagen en nuestra
mente de lo que Dios quiere sanar o liberar en la persona por la cual se ora
por sanación; cualquiera que sea. Es un Don dado por el Espíritu Santo que
revela lo que esta “ATRAPADO” en nuestro inconsciente y en las personas por las
cuales se ora por sanación. El Espíritu Santo REVELA lo que esa persona
necesita hacer para sanar. (“Cuando venga
el Espíritu de la Verdad os iluminará para que podáis entender la verdad
completa” - San Juan 16, 12-13). El Espíritu Santo REVELA sin que se le
pregunte a la persona por la cual se ora. Esto no es magia ni brujerías, ni
espiritismo o cosa parecida. ES EL PODER DE DIOS ACTUANDO POR MEDIO DE LA ORACIÓN POR LOS
ENFERMOS”.
¿Cómo reconocer la
autenticidad de una Palabra de conocimiento?
Solamente por los resultados. Los testimonios son el termómetro que
determina si la Palabra venía del Señor o no. No sabemos por qué, en España
somos muy parcos en dar testimonio; o nos falta fe en la misericordia del Señor
o nos avergüenza dar testimonio. Ello perjudica la obra evangelizadora de los
que tienen Palabra de conocimiento.
5.-
¿Cómo se recibe este Carisma?
Según el P. De Grandis,
toda persona que ha recibido la Efusión del Espíritu tiene en sí este Carisma.
El problema está en cómo conocerlo y cómo empezar a practicarlo. Para ello
veamos un ejemplo:
Entre los dones
naturales que el hombre recibe al nacer, se encuentra el nadar. Sin embargo el
bebé por sí mismo ni lo conoce, ni lo practica.
Es más, a fuerza de no
practicarlo, lo pierde. Luego, si lo quiere recuperar, tiene que hacer grandes
entrenamientos para aprenderlo. Si una madre arroja a su bebé al agua,
comprobará que su niño nada perfectamente por el don de la naturaleza, libre de
prejuicios.
Entre los dones
naturales existen la intuición, la premonición, la telepatía, la percepción
extrasensorial. Y ¿no podrá Dios comunicarse con sus criaturas de manera mucho
más sublime? Todos sabemos que Dios nos habla en la oración a cada uno
personalmente, y ¿no podrá hablarnos para comunicarnos mensajes de salvación
para nuestros hermanos? Esto es lo que llamamos Palabra de conocimiento.
6.-
¿Cómo se percibe?
La palabra de
conocimiento se percibe en un clima de oración y unión con Dios. De ordinario,
después de haberla pedido al Espíritu Santo Paráclito. No olvidemos que
Paráclito significa: "El que acude cuando se le llama". La manera
práctica es: orar en lenguas para borrar de la mente cualquier distracción y
así dejar espacio al Espíritu para comunicarse con nosotros. En este clima la
palabra que viene a tu mente es de Dios.
Basta con creerlo y tener fe para actuar y
proclamarlo. Jesús ha prometido que: "quien diga a este monte: levántate y
échate al mar y no vacile en su corazón, sino que crea que se hará, lo
obtendrá". Mc. 11,23.
¿Qué
más necesitamos?
Estamos intentando
explicar que todos los carismas son dones del Espíritu, que si bien los
recibimos en el bautismo, solo se desarrollan en una vida de oración, en un
vaciamiento de nuestro yo, en una abertura total al Espíritu; no podemos poner
obstáculos a sus mociones. De una manera especial lo decimos de la Palabra de
conocimiento. Si Dios tiene que hablar en nuestro interior, es indispensable
que nosotros estemos en completo silencio. No puede haber ruidos de
preocupaciones, de prejuicios, de celos, de faltas de perdón, de todo aquello
que nos distraiga. La vos del Señor es muy suave y llena de amor; si nuestra
vida no está envuelta de amor, si nuestra mirada al hermano no está guiada por un
amor desinteresado, imposible sintonizar con el amor de Dios, con la moción que
el Espíritu nos quiere regalar.
7.-
¿En qué momentos pueden surgir Palabras de Conocimiento?
En cualquier momento en
que estemos ayudando a un hermano. Estamos hablando con una persona que tiene
problemas, y nuestro corazón siente
compasión por él; y por poco que pidamos al Espíritu que nos ayude, no faltan
ideas, palabras que ayudan al hermano. No cabe duda que son palabras de
conocimiento.
Otro momento muy
adecuado, es cuando estamos intercediendo. Nos piden oración por una necesidad,
pero sentimos que hay algo más. Pedimos al espíritu su ayuda y a través de
palabras, objetos o imágenes se nos revela el origen del mal por el cual, en
realidad, hay que orar. Hay que aclarar que el intercesor no debe interpretar
los objetos ni las imágenes; es el interesado quien debe indicar qué le dice
tal objeto o imagen.
En intercesiones
especiales (para saber si hay que realizar liberación) se debe usar en primer
lugar el discernimiento adquirido, pero cuando éste no alcanza a descubrir lo
que deseamos, es cuando el Espíritu viene en nuestra ayuda con una palabra de
Conocimiento o con el carisma de discernimiento.
En la evangelización,
siempre que lo pidamos en fe, viene acompañada de sanaciones. Es entonces
cuando el Espíritu pone Palabras de conocimiento, indicando lo que está
realizando. Y al confirmarse tales Palabras, es cuando el Señor pretende que
aceptemos dicha evangelización como auténtica. Es lo que le sucedía
continuamente al P. Emiliano; siempre pedía, cuando proclamaba Palabras de
Conocimiento, que las personas sanadas lo manifestasen para gloria de Dios y
confirmación de la Palabra de Dios.
8.-
Ejemplos.
Ciertamente Natán tuvo
Palabras de Conocimiento cuando desveló el corazón de David. (2 Samuel 12,
1-13)
Igualmente Pedro tuvo
Palabras de conocimiento en el caso de Ananías y Zafira. (Hechos 5,3)
También la samaritana
recibió una palabra de conocimiento cuando Jesús le dijo que tuvo cinco maridos
y el que tiene ahora no es su marido. (Juan 4, 16-19). Y justamente esa Palabra
de conocimiento fue la que movió a la samaritana a dar testimonio ante su
pueblo y éste se convirtiese.
El P. Emiliano, en su
libro “Jesús está vivo” da varios testimonios de Palabras de conocimiento y que
fueron confirmadas. Incluso explica uno en que lo recibió en un programa de
televisión, el cual debía ser trasmitido seis meses después; incluso, cuando lo
tuvo, se rió del buen humo del buen Dios, pues fácilmente la persona que iba a
ser sanada no estaría siquiera en el hospital. La Palabra de conocimiento fue
confirmada seis meses después.
9.-
Conclusión.
La Palabra de
conocimiento es un don del Espíritu Santo que lo regala cuando trabajamos para
la gloria de Dios y buscando el bien de los hermanos. Es deber nuestro abrirnos
a él pidiéndolo humildemente. Es una gran ayuda cuando nos entregamos a la
evangelización, como instrumento para acrecentar la fe del pueblo. Es un error
desconocerlo, no valorarlo y no prepararse para ello.
Uno de los frutos más
importantes que debe presentar las personas que poseen este don son la
humildad, la sujeción a sus pastores y el respeto hacia las autoridades de la
iglesia, Ya que si no tiene estos frutos, el Diablo puede corromper este don,
convirtiéndose en confusión para la iglesia y para el mismo que lo posee.
PALABRA
DE SABIDURÍA
10.-
Palabra de sabiduría como carisma.
No es fácil saber
distinguir entre palabra de conocimiento y palabra de sabiduría; a veces, se
dan tan unidos estos dos carismas que podemos mezclarlos y confundirlos. Dijimos
al principio, que con la primera se conoce el mal de una persona y con la otra
es el remedio. Pero como estos carismas no solo actúan en una intercesión
normal, intentaremos profundizar más en el carisma de Palabra de sabiduría para
que se vea su propia acción y no hay confusión.
Lo mismo hay que decir,
de saber distinguir entre palabra de sabiduría y don de sabiduría; se remite la
palabra de sabiduría hacia campos de percepción de Dios y de las cosas divinas
hasta confundirlo con el don de sabiduría, que es un hábito sobrenatural
infundido en el alma por el Espíritu para conocer las cosas de Dios con
facilidad y simpatía. Alguien escribe: 'Las palabras de sabiduría tienen poder
para entreabrirnos los misterios de Dios y para captar las cosas del Espíritu
de Dios (1 Cor 2,14)". Esto más que palabra de sabiduría es don de
sabiduría. Debemos distinguir claramente el don permanente de sabiduría, que
nos ilumina y santifica, del carisma transitorio de palabra de sabiduría, que
aprovecha a otros.
11.-
Palabra de sabiduría.
La palabra de sabiduría
es una moción del Espíritu que nos indica qué hacer, cómo actuar. El sabio no
es simplemente el más informado, sino el hombre que da mejores consejos.
Mons. Walsh, define la palabra sabiduría como "el
poder de Dios que ilumina a una persona para hablar una palabra eficaz de modo
que el querer de Dios se realice en una situación concreta. Maximiliano Calvo
nos dice: ". La palabra de sabiduría es revelación de Dios sobre sus
propósitos acerca de su pueblo, o acerca de cosas y sucesos del futuro. Al
contrario: “La palabra de conocimiento es una revelación del Espíritu de Dios
de hechos pasados o de cosas existentes o sucesos que tienen lugar en el
presente”. Y añade: “Por la palabra de conocimiento supo Juan la situación de
las siete Iglesias de Asia; por la palabra de sabiduría pudo comunicarles la
mente, la voluntad y los mandatos de Dios".
]oseph Hazzaya, místico
sirio del siglo VIII hablaba del conocimiento por el Espíritu de ambos mundos:
del mundo de Dios y del futuro, por la palabra de sabiduría; y del mundo de los
hombres y del pasado por la palabra conocimiento. Según esto, el carisma de la
palabra de conocimiento nos revela problemas de los hombres y sus raíces en el
pasado; la palabra de sabiduría, en cambio, nos manifiesta ostensiblemente la
acción y las soluciones de Dios a problemas concretos.
Hay personas quienes
reciben un carisma de sabiduría, como gracia, propia de su oficio en el Cuerpo
de Cristo, como es el caso de un Obispo, un juez cristiano, un abogado, médico,
maestro... Estos están llamados a vivir en receptividad a las mociones de Dios.
Las "palabras de
sabiduría" se dan también ocasionalmente a las personas que las necesitan
en un servicio para el hermano.
Hagamos la prueba. Ante
problemas complicados cuya solución se nos escapa, pidamos con constancia cada
día una palabra de sabiduría. Comprobaremos la promesa del Señor (Lc 18, 1-8).
También en problemas más sencillos, pidamos: "Señor, dame tu sabiduría
para saber cómo actuar"(Cfr. Sant 1, 5-6).
Veamos también la otra distinción. Por el don de sabiduría el Espíritu revela al
alma misterios de Dios; fijémonos bien, es para provecho propio. Por el carisma de Palabra de sabiduría el
Espíritu nos revela la voluntad de Dios sobre una persona; el carisma siempre
es para bien de otro. Incluso podemos añadir, que con el carisma de Palabra de
sabiduría, el Espíritu pone en la persona que enseña, que predica, que da
consejo, las palabras adecuadas para que lleguen al corazón de los oyentes. El
carisma "palabra de sabiduría" tiene su énfasis en el vocablo
"palabra", porque es un carisma para enseñar y en el momento en que
se enseña.
12.- ¿Cómo se recibe? ¿Cómo se percibe? ¿En qué
momentos pueden surgir Palabras de sabiduría?
Decimos lo mismo que se
dijo en el carisma Palabra de conocimiento.
13.-
Conclusión.
Estamos ante dos
carismas que son dones del Espíritu: Palabra de conocimiento y Palabra de
sabiduría. Son dones, no lo olvidemos, para bien de otros y en el ejercicio de
funciones aprobadas por la
comunidad. Ante esta premisa, vienen estas consideraciones.
Consideraciones no solo aplicables a estos carismas, sino incluso a todo
carisma del Espíritu.
Es casi imposible
pensar en un servicio a los hermanos completamente desinteresado, es decir, sin
que haya algo de nuestro “yo”. Solamente cuando el servicio surge de una
purificación de nuestra vida en el crisol del Corazón de Jesús (con
sacramentos, adoración. Contemplación,…)
tendrá los mismos sentimientos de Jesús y nunca los nuestros. En una palabra:
santidad de vida. Con esta condición el Espíritu obrará a su aire en la concesión
de carismas, conforme a nuestra disposición de servicio. (Reflexionar mucho sobre este punto)
La otra consideración
que debo presentar va relacionada, especialmente, para los carismas Palabra de conocimiento y
Palabra de sabiduría. Dado que estos carismas están basados en escuchar la voz
del Espíritu en nuestro corazón, es indispensable que la persona esté preparada
para escuchar la voz de Dios y que, al miso tiempo, sea habitual en ella esa escucha.
Estar preparada quiere decir, que en
su corazón no haya ruidos; la voz del Señor es muy suave y no se oye cuando hay
ruidos. Ruidos son: preocupaciones desordenadas, afectos descontrolados, celos,
envidias, y todo aquello que nos induce y nos atrae fuera de Jesús. Si no hay
paz y serenidad en nuestro corazón será difícil escuchar la palabra de Dios.
La otra cosa importante
es estar habituado a escuchar la palabra
de Dios en el silencio de nuestro corazón. No olvidemos que en nuestro
corazón pueden llegar palabras del espíritu del mal, que normalmente vienen
revestidas de luz; si no se sabe discernir esas palabras que nos llegan, en
base a estar habituado en escuchar la palabra de Dios, nos podrá ser muy
difícil discernir si las palabras que tenemos son de nuestra propia cosecha,
salen de nosotros mismos o vienen de Dios. Como se puede apreciar, es muy
arriesgado dar una palabra de conocimiento o de sabiduría si no estamos seguros
que vienen de Dios. El P. Emiliano lo resume así: “Y resulta que, con este
pensamiento en nuestra mente, estamos seguros de algo, que sabemos no viene de nosotros pero sí a través
nuestro”.
Por último, no
olvidemos que en todos los carismas que recibimos siempre tiene que haber la
confirmación de la Comunidad; pero en los que estamos tratando, al ser un
servicio, dicho servicio debe partir de la Comunidad, debe ser un servicio que la misa Comunidad nos
lo pida. Entonces tendremos la seguridad del envío. Cuando los discípulos de
Jesús fueron enviados a evangelizar, fue entonces, solo entonces, cuando
reciben los carismas que iban a necesitar: sanarán a los enfermos, echarán a
los espíritus inmundos, etc. Cuando la comunidad nos pide un servicio, como
predicar, interceder, estar en un equipo de servicio, incluso para atender la acogida,…ahí
tenemos la seguridad de que el Espíritu nos regala el carisma adecuado: bien
Palabra de conocimiento, bien Palabra de sabiduría. Igualmente se necesita cuando pedimos al
espíritu una palabra de sabiduría para resolver un problema familiar, etc. por
cuanto estamos obrando en nuestra condición de servicio familiar, etc. No
olvidemos que el Espíritu está dentro de nosotros y que según nuestro servicio,
Él se manifiesta.
14.- Todas nuestras
consideraciones se podrían resumir en la siguiente frase: “EL QUE
ASPIRA A LOS CARISMAS QUE MUERA A LOS CARISMAS”. Por eso no nos fiemos de
cualquier espíritu. Sin extinguir el Espíritu, examinémoslo todo y quedémonos
con lo bueno (1 Ts 5, 19). Es bueno que al que tenga un carisma de los muy
llamativos le sea puesto a prueba por los dirigentes del grupo, para que todo
sea pasado por el crisol como el oro, y sea como la plata limpia de toda ganga
"refinada siete veces". Eso sí, los dirigentes pidiéndole al Señor
una gran libertad de corazón y en una escucha continua de la voluntad del
Señor, deben actuar con mucha responsabilidad; no pueden apagar los carismas
del Espíritu.
Por otra
parte, el ejercicio de los carismas a que Dios nos llama, requiere cada vez más
el compromiso total, de toda nuestra vida. Esto no es un juego ni ningún tipo
de actividad simbólica.
Pongámonos
en la presencia de Jesús Sacramentado, para escuchar su voluntad en nuestra
vida y estemos abiertos a sus carismas, a los que sea, no a los que a nosotros
nos gustaría.
Nota.
Algunos párrafos han
sido copiados de diversos artículos.