Nancy Kellar
La Unidad es la promesa del Espíritu y las promesas del Espíritu Santo, son para la Santidad, la Unidad y el Servicio.
Hay una lectura bellísima en Ezequiel 37, es la historia de los huesos secos. En esta lectura, Dios manda al profeta el Espíritu para que él puede soplar sobre esos huesos. La primera vez, estos huesos secos se cubren de músculos y piel. Eso es la renovación personal. El Espíritu sopla sobre los huesos secos por segunda vez y las personas individualmente renovadas, se juntan de nuevo.
El Espíritu Santo, sopla sobre los huesos secos una tercera vez y toda esta gente, que ya está renovada, sale fuera a servir.
Necesitamos estar convencidos de que la unidad es un don del Espíritu Santo. Debemos de saber que nosotros por nosotros mismos, no podemos hacernos uno. Pero si no estamos unidos, el Poder del Espíritu Santo, no estará en nosotros.
No es suficiente para las ramas estar unidas a la vid, como leemos en Jn 15. A muchos de nosotros nos gusta eso de estar unidos a la vid, pero no es suficiente. Las ramas necesitan estar unidas unas con otras, para que pueda producirse el fruto. No podemos relacionarnos con Dios sin relacionarnos unos con otros.
ENCENDER EL FUEGO
Cuando yo vivía en Nueva York, teníamos un horno en la cocina. Era una estufa de carbón y aprendí que para poder hacer fuego, primero había que poner papel en la estufa; después, leña encima del papel y, por último, carbón encima de la madera. Encendías el papel y el papel, ¡psssh!, ardía muy rápidamente. Pero si queríamos un buen fuego, el papel tenía que encender la leña, y la madera se quemaba un poquito más lentamente y, para que el fuego durara bastante, necesitabas encender el carbón.
Encender el papel son los momentos gloriosos, momentos en que nosotros nos sentimos como para saltar y bailar por todos lados. Yo lo llamo los momentos "guay", pero eso no es suficiente, no es suficiente tener sólo momentos "guay".
Son momentos como los que sentimos en los retiros de iniciación. Entonces es: "Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo", y cuando nos vamos a nuestra casa, seguimos "como era en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos". Pero si sólo ponemos papel en el fuego, se va a apagar muy rápidamente. También aprendí algo sobre el carbón: para hacer un fuego bueno, tenías que apilar los carbones unos sobre los otros. Eso es la comunidad. El fuego enciende esos carbones igual que el fuego de la comunidad.
Nos necesitamos los unos a los otros. El Señor dice en Juan 12: "Os doy un mandamiento nuevo, que os améis los unos a los otros".. Amarse los unos a los otros, es una parte esencial de la llamada a la santidad.
NADAR TODOS JUNTOS
El Espíritu que hemos recibido, es un Espíritu de comunidad. La unidad, la comunidad, así es como Dios quiere que crezcamos nosotros. La raíz de la palabra comunidad es una palabra latina: "munio", que quiere decir "fortificar". Necesitamos fortalecernos unos a otros.
El Señor me habla a través de la naturaleza. Una vez visité un acuario donde había muchos peces y mientras caminaba, leía los letreritos acerca de los pescados, uno decía: "Los peces pequeños nadan en escuadrillas para protegerse de los peces más grandes", y yo pensé: "¡Que imagen más linda sobre la comunidad!". Necesitamos nadar todos juntos para protegernos.
También debemos estar unidos, porque es parte de la llamada de Dios para la Evangelización. El Señor dijo: "Que ellos sean UNO, para que el mundo sepa que Tú me has enviado". ¿Pueden las demás personas ver la unidad en nuestro grupo de líderes y servidores, y decir "Mira cómo se aman?". ¿Puede la gente de nuestra parroquia ver nuestros grupos de oración, y decir: "Dios debe estar allí presente: Mira como se aman unos a otros"?. Si no estamos unidos, no vamos a dar buen testimonio.
Ahora quiero hablar específicamente acerca de la unidad. Casi siempre, cuando hablamos de la unidad, empezamos por hablar sobre sanar las relaciones interpersonales rotas, pero yo creo que, a veces, la razón de que tengamos relaciones rotas, es porque no nos hemos tomado el tiempo necesario para construir esas relaciones en la unidad.
LA UNIDAD LO ENVUELVE TODO
Algunas veces yo encuentro a personas luchando en una relación, y el problema no es la unidad de corazón, sino la unidad de mente.
Hace años fui a un grupo de oración y allí había mucha tensión, y alguien del grupo decía: "Nosotros queremos usar más los dones carismáticos", otros decían: "Bueno, no queremos que nadie se apague", y estaban siempre discutiendo.
Yo les pregunté: "¿vosotros sois un grupo carismático?". Y me dijeron: "Somos una mezcla", yo les dije: "no sé lo que Dios quiere que seáis, solo sé que El no quiere que seáis una mezcla, porque con tantas diferencias de opiniones se crea tensión". Ese grupo no tenía una visión común; sin una visión común en la que todos estén de acuerdo, habrá encuentros duros y contradicciones. Seguirán arrrepintiendose y pidiendo perdón... Yo les dije: "El problema es que no tenéis unidad de mente".
Nuestros grupos y comunidades necesitan tener visión común, y por visión no quiero decir una señal sobrenatural; lo que quiero decir, es una llamada del Señor en la que todos estén de acuerdo. Una llamada que identifique al grupo, es la clave para la unidad de cualquier grupo. Es tener claro qué son ellos: es la claridad de la identidad.
Hay grupos de varias clases, y debemos saber la definición de los distintos grupos, para tener claro hacia qué grupo El Señor nos está llamando y lo que El quiere que seamos.
PARA TODOS LOS GUSTOS
Hay un grupo de Estudio Bíblico. Es el que se reúne para estudiar las Escrituras, muchas veces toman un capítulo de las Escrituras, y lo usan para poder estudiar la Palabra de Dios.
Hay un grupo que se reúne para rezar el Rosario.
Hay un grupo de compartir, que se reúne para compartir cosas de la vida.
Un grupo carismático de oración tiene algo de esos elementos que hemos dicho, pero debemos tener clarísimo las señales de un grupo carismático. Una de las cosas que los caracterizan es, ORAICÓN Y ALABANZA. Yo le dije a un grupo que fui a visitar: "¿En este grupo ora alguien en lenguas?" y me dijeron que había dos señoras, pero que rezaban suavecito para que nadie las oyera.
¿Era ese un grupo carismático? ¡No!. En un grupo carismático, los dones se dan para que puedan ser vistos y oídos. Ese grupo había nacido como un grupo carismático, pero se pusieron demasiado nerviosos con los dones y comenzaron a sofocarlos. Las tensión se debía a que unos querían tener un grupo carismático, pero otros no lo querían.
Un grupo carismático tiene momentos de silencio, pero no siempre está en silencio, eso es un grupo de contemplación, de adoración.
Un grupo carismático, tiene lectura de la palabra, pero es muy diferente al estudio de las Escrituras. La palabra de Dios se lee para que pueda tocar nuestro corazón.
ORAR DE OTRA FORMA
Un grupo carismático tiene oración de intercesión, pero no pasa el tiempo pidiendo por las demás personas o por uno mismo.
Quiero decir algo ahora, y quiero decirlo muy claramente: yo tengo una gran devoción a María, y rezo el Rosario, pero no creo que es bueno para un grupo de oración carismático, rezar el Rosario en medio del grupo de oración. El Rosario es una forma de oración y un grupo carismático ora de otra forma.
A muchas personas les gusta más rezar el Rosario a solas, muchas lo rezan en familia y cuando van a un grupo carismático, vienen para experimentar la oración, la alabanza y los regalos del Espíritu Santo.
Yo creo que hay una mejor unidad, sí la gente quiere reunirse a rezar el Rosario, viene más temprano y, con los que quieran el Rosario, lo reza antes del grupo de oración. Después, en el momento determinado, el grupo carismático comienza.
Algunas veces encuentro que los pastores están corrigiendo a las personas, por ejemplo, empezamos a llevar el grupo y decimos: "Vamos a alabar al Señor, dejad todas vuestras cosas de compartir, para el final los testimonios y solamente un momento para compartir, para que esto dé gloria a Dios". Y después de la primera canción o dos, alguien inmediatamente empieza a compartir y hablan y hablan, y muchas veces, los líderes los corrigen. Y es apropiado seguir el grupo de oración, pero algunas veces fallamos en reconocer que esa persona está expresando una necesidad de compartir más de su vida.
LLEVAR LA PALABRA
Lo que necesitamos es formar un Grupo de Compartir, donde estas personas tengan más tiempo para que puedan hablar con otras personas que piensen igual que ellas. ¿Veis lo que os quiero decir?. Si tratáis de mezclar los diferentes grupos en uno sólo, habrá tensiones.
¿Cuales son las otras notas de los Grupos Carismáticos de Oración? Tienen que estar constantemente invitando a la gente a conocer a Jesús y el Poder del Espíritu Santo. Muchas veces llamamos a eso el Seminario de Vida en el Espíritu o Retiro de Iniciación.
Creo que si una comunidad quiere mantenerse viva, tiene que estar haciendo Seminarios de Vida en el Espíritu, al menos una vez al año, y preferiblemente, muchos más que eso.
Pero muchas veces oigo que las comunidades dicen: "Pusimos una lista y sólo dos personas se apuntaron y por eso no hicimos el Retiro".
Al principio de la Renovación Carismática, hubiéramos estado felices cuando dos personas hubieran venido.
Creo que debemos extender la palabra de Dios afuera, porque si solamente anunciamos el Retiro en la comunidad, sería como evangelizar a los que ya están convertidos, no es suficiente, necesitamos llevar la palabra de una manera creativa.
IMAGINACIÓN PARA EVANGELIZAR
Haced vuestro propio anuncio, vuestras propias hojitas volantes y pedid a las personas que tienen tiendas, almacenes, supermercados que las peguen en cualquier parte donde sean vistas. No pongan "Retiro de Vida en El Espíritu", porque para que algo guste, hay que saber qué es.
Primero se pone una palabra bien grande, que resalte, que diga JESUS, porque hay poder en el nombre de Jesús, y luego: "¿Está usted deprimido, tiene muchas heridas, está buscando amor?" – todos estamos buscando amor- , y entonces añadimos: "La manera de hallarlo es unirse a nosotros y encontrar el amor de Jesús". Y si eso no es suficiente, sean creativos.
Sentados un día en la playa, vimos un avión pasar con su anuncio detrás de la cola, y dijimos: "nosotros tenemos que hacer eso también". Al día siguiente el avión voló sobre la playa y decía: "‘JESUS ESTA VIVO’, Santa Margarita, 8 de la noche". Personas que hubieran pasado su noche en un bar, fueron a la misión parroquial y le dieron su vida al Señor. Sed creativos. Esta es una historia verdadera. ¿Sabéis lo que hicimos después de la misión en la Parroquia?, fuimos al bar y comenzamos a evangelizar. Allí había unos hombronazos de los bares, que tienen como trabajo sacar a los borrachos. Con dos hombronazos de esos, nosotros evangelizamos, y los dos son ahora Sacerdotes Franciscanos. La comunidad carismática o evangeliza o se muere. El Señor no quiere grupos que sean clubes para orar, El quiere que nuestros grupos de oración traigan gente nueva para conocerlo a El y al poder de su Espíritu Santo.
(Nuevo Pentecostés, nº 74)
La Unidad es la promesa del Espíritu y las promesas del Espíritu Santo, son para la Santidad, la Unidad y el Servicio.
Hay una lectura bellísima en Ezequiel 37, es la historia de los huesos secos. En esta lectura, Dios manda al profeta el Espíritu para que él puede soplar sobre esos huesos. La primera vez, estos huesos secos se cubren de músculos y piel. Eso es la renovación personal. El Espíritu sopla sobre los huesos secos por segunda vez y las personas individualmente renovadas, se juntan de nuevo.
El Espíritu Santo, sopla sobre los huesos secos una tercera vez y toda esta gente, que ya está renovada, sale fuera a servir.
Necesitamos estar convencidos de que la unidad es un don del Espíritu Santo. Debemos de saber que nosotros por nosotros mismos, no podemos hacernos uno. Pero si no estamos unidos, el Poder del Espíritu Santo, no estará en nosotros.
No es suficiente para las ramas estar unidas a la vid, como leemos en Jn 15. A muchos de nosotros nos gusta eso de estar unidos a la vid, pero no es suficiente. Las ramas necesitan estar unidas unas con otras, para que pueda producirse el fruto. No podemos relacionarnos con Dios sin relacionarnos unos con otros.
ENCENDER EL FUEGO
Cuando yo vivía en Nueva York, teníamos un horno en la cocina. Era una estufa de carbón y aprendí que para poder hacer fuego, primero había que poner papel en la estufa; después, leña encima del papel y, por último, carbón encima de la madera. Encendías el papel y el papel, ¡psssh!, ardía muy rápidamente. Pero si queríamos un buen fuego, el papel tenía que encender la leña, y la madera se quemaba un poquito más lentamente y, para que el fuego durara bastante, necesitabas encender el carbón.
Encender el papel son los momentos gloriosos, momentos en que nosotros nos sentimos como para saltar y bailar por todos lados. Yo lo llamo los momentos "guay", pero eso no es suficiente, no es suficiente tener sólo momentos "guay".
Son momentos como los que sentimos en los retiros de iniciación. Entonces es: "Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo", y cuando nos vamos a nuestra casa, seguimos "como era en un principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos". Pero si sólo ponemos papel en el fuego, se va a apagar muy rápidamente. También aprendí algo sobre el carbón: para hacer un fuego bueno, tenías que apilar los carbones unos sobre los otros. Eso es la comunidad. El fuego enciende esos carbones igual que el fuego de la comunidad.
Nos necesitamos los unos a los otros. El Señor dice en Juan 12: "Os doy un mandamiento nuevo, que os améis los unos a los otros".. Amarse los unos a los otros, es una parte esencial de la llamada a la santidad.
NADAR TODOS JUNTOS
El Espíritu que hemos recibido, es un Espíritu de comunidad. La unidad, la comunidad, así es como Dios quiere que crezcamos nosotros. La raíz de la palabra comunidad es una palabra latina: "munio", que quiere decir "fortificar". Necesitamos fortalecernos unos a otros.
El Señor me habla a través de la naturaleza. Una vez visité un acuario donde había muchos peces y mientras caminaba, leía los letreritos acerca de los pescados, uno decía: "Los peces pequeños nadan en escuadrillas para protegerse de los peces más grandes", y yo pensé: "¡Que imagen más linda sobre la comunidad!". Necesitamos nadar todos juntos para protegernos.
También debemos estar unidos, porque es parte de la llamada de Dios para la Evangelización. El Señor dijo: "Que ellos sean UNO, para que el mundo sepa que Tú me has enviado". ¿Pueden las demás personas ver la unidad en nuestro grupo de líderes y servidores, y decir "Mira cómo se aman?". ¿Puede la gente de nuestra parroquia ver nuestros grupos de oración, y decir: "Dios debe estar allí presente: Mira como se aman unos a otros"?. Si no estamos unidos, no vamos a dar buen testimonio.
Ahora quiero hablar específicamente acerca de la unidad. Casi siempre, cuando hablamos de la unidad, empezamos por hablar sobre sanar las relaciones interpersonales rotas, pero yo creo que, a veces, la razón de que tengamos relaciones rotas, es porque no nos hemos tomado el tiempo necesario para construir esas relaciones en la unidad.
LA UNIDAD LO ENVUELVE TODO
Algunas veces yo encuentro a personas luchando en una relación, y el problema no es la unidad de corazón, sino la unidad de mente.
Hace años fui a un grupo de oración y allí había mucha tensión, y alguien del grupo decía: "Nosotros queremos usar más los dones carismáticos", otros decían: "Bueno, no queremos que nadie se apague", y estaban siempre discutiendo.
Yo les pregunté: "¿vosotros sois un grupo carismático?". Y me dijeron: "Somos una mezcla", yo les dije: "no sé lo que Dios quiere que seáis, solo sé que El no quiere que seáis una mezcla, porque con tantas diferencias de opiniones se crea tensión". Ese grupo no tenía una visión común; sin una visión común en la que todos estén de acuerdo, habrá encuentros duros y contradicciones. Seguirán arrrepintiendose y pidiendo perdón... Yo les dije: "El problema es que no tenéis unidad de mente".
Nuestros grupos y comunidades necesitan tener visión común, y por visión no quiero decir una señal sobrenatural; lo que quiero decir, es una llamada del Señor en la que todos estén de acuerdo. Una llamada que identifique al grupo, es la clave para la unidad de cualquier grupo. Es tener claro qué son ellos: es la claridad de la identidad.
Hay grupos de varias clases, y debemos saber la definición de los distintos grupos, para tener claro hacia qué grupo El Señor nos está llamando y lo que El quiere que seamos.
PARA TODOS LOS GUSTOS
Hay un grupo de Estudio Bíblico. Es el que se reúne para estudiar las Escrituras, muchas veces toman un capítulo de las Escrituras, y lo usan para poder estudiar la Palabra de Dios.
Hay un grupo que se reúne para rezar el Rosario.
Hay un grupo de compartir, que se reúne para compartir cosas de la vida.
Un grupo carismático de oración tiene algo de esos elementos que hemos dicho, pero debemos tener clarísimo las señales de un grupo carismático. Una de las cosas que los caracterizan es, ORAICÓN Y ALABANZA. Yo le dije a un grupo que fui a visitar: "¿En este grupo ora alguien en lenguas?" y me dijeron que había dos señoras, pero que rezaban suavecito para que nadie las oyera.
¿Era ese un grupo carismático? ¡No!. En un grupo carismático, los dones se dan para que puedan ser vistos y oídos. Ese grupo había nacido como un grupo carismático, pero se pusieron demasiado nerviosos con los dones y comenzaron a sofocarlos. Las tensión se debía a que unos querían tener un grupo carismático, pero otros no lo querían.
Un grupo carismático tiene momentos de silencio, pero no siempre está en silencio, eso es un grupo de contemplación, de adoración.
Un grupo carismático, tiene lectura de la palabra, pero es muy diferente al estudio de las Escrituras. La palabra de Dios se lee para que pueda tocar nuestro corazón.
ORAR DE OTRA FORMA
Un grupo carismático tiene oración de intercesión, pero no pasa el tiempo pidiendo por las demás personas o por uno mismo.
Quiero decir algo ahora, y quiero decirlo muy claramente: yo tengo una gran devoción a María, y rezo el Rosario, pero no creo que es bueno para un grupo de oración carismático, rezar el Rosario en medio del grupo de oración. El Rosario es una forma de oración y un grupo carismático ora de otra forma.
A muchas personas les gusta más rezar el Rosario a solas, muchas lo rezan en familia y cuando van a un grupo carismático, vienen para experimentar la oración, la alabanza y los regalos del Espíritu Santo.
Yo creo que hay una mejor unidad, sí la gente quiere reunirse a rezar el Rosario, viene más temprano y, con los que quieran el Rosario, lo reza antes del grupo de oración. Después, en el momento determinado, el grupo carismático comienza.
Algunas veces encuentro que los pastores están corrigiendo a las personas, por ejemplo, empezamos a llevar el grupo y decimos: "Vamos a alabar al Señor, dejad todas vuestras cosas de compartir, para el final los testimonios y solamente un momento para compartir, para que esto dé gloria a Dios". Y después de la primera canción o dos, alguien inmediatamente empieza a compartir y hablan y hablan, y muchas veces, los líderes los corrigen. Y es apropiado seguir el grupo de oración, pero algunas veces fallamos en reconocer que esa persona está expresando una necesidad de compartir más de su vida.
LLEVAR LA PALABRA
Lo que necesitamos es formar un Grupo de Compartir, donde estas personas tengan más tiempo para que puedan hablar con otras personas que piensen igual que ellas. ¿Veis lo que os quiero decir?. Si tratáis de mezclar los diferentes grupos en uno sólo, habrá tensiones.
¿Cuales son las otras notas de los Grupos Carismáticos de Oración? Tienen que estar constantemente invitando a la gente a conocer a Jesús y el Poder del Espíritu Santo. Muchas veces llamamos a eso el Seminario de Vida en el Espíritu o Retiro de Iniciación.
Creo que si una comunidad quiere mantenerse viva, tiene que estar haciendo Seminarios de Vida en el Espíritu, al menos una vez al año, y preferiblemente, muchos más que eso.
Pero muchas veces oigo que las comunidades dicen: "Pusimos una lista y sólo dos personas se apuntaron y por eso no hicimos el Retiro".
Al principio de la Renovación Carismática, hubiéramos estado felices cuando dos personas hubieran venido.
Creo que debemos extender la palabra de Dios afuera, porque si solamente anunciamos el Retiro en la comunidad, sería como evangelizar a los que ya están convertidos, no es suficiente, necesitamos llevar la palabra de una manera creativa.
IMAGINACIÓN PARA EVANGELIZAR
Haced vuestro propio anuncio, vuestras propias hojitas volantes y pedid a las personas que tienen tiendas, almacenes, supermercados que las peguen en cualquier parte donde sean vistas. No pongan "Retiro de Vida en El Espíritu", porque para que algo guste, hay que saber qué es.
Primero se pone una palabra bien grande, que resalte, que diga JESUS, porque hay poder en el nombre de Jesús, y luego: "¿Está usted deprimido, tiene muchas heridas, está buscando amor?" – todos estamos buscando amor- , y entonces añadimos: "La manera de hallarlo es unirse a nosotros y encontrar el amor de Jesús". Y si eso no es suficiente, sean creativos.
Sentados un día en la playa, vimos un avión pasar con su anuncio detrás de la cola, y dijimos: "nosotros tenemos que hacer eso también". Al día siguiente el avión voló sobre la playa y decía: "‘JESUS ESTA VIVO’, Santa Margarita, 8 de la noche". Personas que hubieran pasado su noche en un bar, fueron a la misión parroquial y le dieron su vida al Señor. Sed creativos. Esta es una historia verdadera. ¿Sabéis lo que hicimos después de la misión en la Parroquia?, fuimos al bar y comenzamos a evangelizar. Allí había unos hombronazos de los bares, que tienen como trabajo sacar a los borrachos. Con dos hombronazos de esos, nosotros evangelizamos, y los dos son ahora Sacerdotes Franciscanos. La comunidad carismática o evangeliza o se muere. El Señor no quiere grupos que sean clubes para orar, El quiere que nuestros grupos de oración traigan gente nueva para conocerlo a El y al poder de su Espíritu Santo.
(Nuevo Pentecostés, nº 74)