"El don que un líder debe tener"
P. Tom FORREST
Para ser un líder ¿debe la persona tener el carisma de hacer milagros?, si hay otro en la comunidad que tiene el don de mover montañas, de hacer milagros, ¿no debe ser líder?, ¿debe ser líder el profeta, que profetiza el mensaje de Dios para el grupo? Si hay otro que sepa profetizar ¿no debe ser el líder? Con la sanación, lo mismo, y con la organización. Hay otros en la comunidad que pueden tener el talento de atender los detalles y organizar bien. El don de predicar, ¿es ese el don que te hace líder? Claro que no. Un ejemplo bien claro es Moisés. Él fue un fantástico líder, ¿no es un poco difícil guiar a un pueblo por el desierto durante cuarenta años? Pues él lo hizo, y recibiendo esta carga de parte de Dios, dijo: "Pero yo no hablo bien" y Dios le contestó: "No hay problema, ¿no tienes a tu hermano Aarón? A él no le faltarán las palabras". Aarón fue un gran predicador. Moisés no. Pero Aarón no era un buen líder y se equivocó terriblemente ofreciendo un ídolo de oro para que recibiera la adoración del pueblo. Por eso, ¿cuál es el don que debes tener? El don que tú debes tener es el don de discernimiento. De otra manera el decir "soy líder" se quedaría en palabras. Si uno está guiando al pueblo sin ese don, puede cometer bastantes errores. Un buen ejemplo es San Pedro, que a veces funcionaba muy bien con ese don. Cuando él le dijo a Cristo: "Señor, a quién vamos. Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que Tú eres el santo de Dios". Él habló así con un rico don de discernimiento, pero en otras ocasiones habló con demasiado ímpetu. ¿Recordáis el momento de la transfiguración de Cristo? Estaban hablando Moisés, Elías y Cristo... ¿y quién se metió en la conversación? Pedro. Abrió la boca ofreciendo su discernimiento y dijo: "Levantemos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".. Y viene la voz de Dios. Lo que el Padre le dijo a Pedro fue como: ¡Cállate!, "éste es mi Hijo amado, debes escucharle".
El momento llegó, no para hablar Pedro sino para escuchar, pero faltando el don del discernimiento él se entrometió con sus propias ideas.
Otro ejemplo de Pedro es cuando tomó el liderazgo en el Huerto, ¿cómo? Sacando una espada. Y ¿de dónde le vino esta idea? ¿Está en el Espíritu de Cristo el pelear con una espada? Pedro sacó la espada e hirió a Malco, siervo de los jefes, cortándole la oreja derecha. Ya hay un problema, porque hay un hombre que tiene su oreja no en la cabeza sino en el suelo. Por eso, antes de hacer nada, Cristo debe corregir el error de Pedro actuando sin el don de discernimiento.
Pero el terrible error de Pedro, el que ocasionó una fuerte corrección por parte de Cristo es cuando Éste comunicó el plan que el Padre tenía. Jesús comenzó a explicar que debía ir a Jerusalén y que iba a ser condenado a muerte. Entonces Pedro impone su discernimiento y se pone a reprenderlo. ¡Qué papel éste para un apóstol, reprender a su maestro diciéndole: "Dios te libre Señor" (Mt 16, 21-22).
¿Cómo habla Cristo? Más fuertemente que en cualquier otra ocasión, diciéndole: "Apártate de mí, Satanás". Qué palabra usa para un apóstol. Y añade Cristo: "No piensas como Dios, sino como los hombres".
Discernimiento es un don que te permite pensar los pensamientos de Dios, es un don de tremenda importancia. Si falta ese don es pensar sólo los pensamientos de los hombres. Vemos a los apóstoles actuando sin tener el don de discernimiento. Eso es antes de su Pentecostés.
Juan y Santiago: Ellos tienen su plan, su idea de lo que debe suceder y lo que deben hacer en el futuro. Y dicen: "Señor, concédenos que nos sentemos a tu derecha y a tu izquierda cuando estés en tu Gloria", pero no entienden lo que quiere decir esa palabra: Gloria. Ellos piensan también como hombres y para el hombre la gloria estás ligada a un rey sentado en su trono, que pide que le pongan una corona de oro, joyas en los dedos y que le besen esos dedos o, mejor, los pies, glorificado así en el sentido del mundo. Pero la gloria en el sentido bíblico quiere decir que está embellecido no con oro y con joyas, sino con una reflexión de Dios, la Gloria divina te hace imagen, te hace un espejo, como la Madre Teresa dijo siempre a sus monjas: "Cualquiera que te vea debe ver a Cristo en ti".
Cristo, Hijo de Dios reflejando a su Padre celestial que es amor. La gloria de Cristo es la cruz. Cuando vemos que nuestro Dios que adoramos es amor, cuando Cristo dijo que había llegado el momento de su Gloria, estaba hablando de su crucifixión, y ahora, Juan y Santiago pidiendo estar a la derecha y a la izquierda pidieron crucifixión y no lo entendieron. Entonces Cristo debe contestarles: "No sabéis lo que pedís".. (Mc 10, 37) Sin discernimiento, estos dos planearon violencia, por ejemplo cuando los samaritanos los echaron fuera del pueblo. "Tenemos una idea, Señor, vamos a ser los líderes aquí, ¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo para que los consuma?..." Y Cristo, dándose la vuelta, los reprendió. Actuaron como líderes sin el don de discernimiento.
Dios habla con su pueblo por la voz de la Iglesia, no habla mientras estamos leyendo las Escrituras, a través de los signos de los tiempos. Los momentos de dificultad, sufrimiento contienen un mensaje de Dios; por la oración, por las palabras dichas y escritas por otros que obviamente tengan ese don, por auténticas profecías, por esa voz positiva que se llama la voz de inspiración, por esa voz negativa que se llama la voz de la conciencia, por los rostros de los niños. La inocencia de un niño contiene un mensaje, la naturaleza, la creación. Es lo que Cristo prometió: "Ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor, por eso os llamo amigos porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer" (Jn 15, 15). Un buen pastor va caminando al frente de sus ovejas y éstas lo siguen porque reconocen su voz. Otra definición del don del discernimiento: el que tiene este don reconoce la voz de Cristo en muchas maneras y puede comunicar el plan de Dios al grupo que está guiando.
Para discernir hay un proceso. Para asegurar que es la voz de Dios, no despreciéis lo que dicen los profetas, "examinadlo todo y quedaos con lo bueno". El líder es el que puede quedarse con lo bueno desechando lo otro. No creáis que todo lo que se dice es inspirado. Como ese hombre que dice: "El Señor me habló a las tres". No debéis aceptarlo automáticamente. Los que anuncian que Dios les habló probablemente no tienen el don, el don muchas veces está con el pueblo. Pueden decir lo que opinan y los demás pueden discernir que ésta es la autentica voz de Dios. No creáis todo lo que se dice inspirado. Examinad los espíritus para saber si vienen de Dios, porque especialmente en esta época hay muchos falsos profetas.
En la Historia de la Iglesia ¿Cuál era el don de los líderes? Éste don era discernimiento. Me encanta Abraham: el Señor lo llamó y Abraham le reconoció la voz. Me encanta esta traducción: "y Abraham contestó: « ¡Listo!». Al oír la voz de Dios tú puedes responder listo y, si estás listo como Abraham, vas a ser un gran líder. Ahora, listo ¿para qué? Sea lo que sea, incluso sacrificar a tu propio hijo.
A veces, al principio de la cuaresma el Señor nos habla de que no coma chocolate durante cuarenta días, ¡gran sacrificio!, terriblemente difícil. Y no comemos chocolate durante una semana, y a la segunda semana ya estamos comiendo chocolate. No podemos dejar de comer chocolate incluso habiendo oído la voz de Dios pidiéndolo. Pero cuando Dios le pidió a Abraham la vida de su hijo contestó: "Listo". Ahí está su grandeza. Moisés oyó la voz de Dios pidiéndole dar un paseíto de sólo cuarenta años por el desierto, y lo hizo. San Pedro tuvo también un discernimiento: el Señor le dijo que fuera a la casa de Cornelio. Pero Cornelio era un pagano e iba contra la conciencia, la cultura y la tradición de este judío entrar en la casa de este pagano y cuando entró y realizó la conversión de toda la familia, le atacaron los otros apóstoles diciéndole: "¿Cómo es posible que tú hayas entrado en la casa de este hombre?". ¿Qué contestó Pedro? "Si Dios les comunica lo mismo que a nosotros, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?" Y debemos nosotros tener esa mentalidad: Dios sólo debe hablarme y yo le obedeceré.
Basta leer el capítulo 16 de los Hechos para ver cómo actuó San Pablo. La hermosa revista National Geographic, revista de naturaleza, publicó un número llamado "Tiempos bíblicos" y en el último capítulo se refiere a los trabajos de San Pablo. Y dice que él cambió la dirección de la cristiandad y así cambió la dirección del mundo entero y ¿cómo cambió la dirección del mundo?: Obedeciendo a Dios.
Una vez el Señor le dijo a Felipe: "Levántate y vete al sur". Por el camino que va de Jerusalén a Gaza se encontró a un eunuco, alto funcionario y tesorero de la reina de Etiopía que había ido a Jerusalén para adorar a Dios. El Espíritu le dijo a Felipe: Acércate y únete a este carro. Cuando se acercó, Felipe oyó que leía el libro de Isaías. Esto me hace recordar a la Madre Teresa. Ella me contó que el Señor le habló con voz clara en tres ocasiones: la primera vez le dijo que debía fundar el grupo de las misioneras de la caridad. Cuando terminó su trabajo fundacional tenía cuatro mil quinientos miembros en ciento veinte países y cuatrocientas cincuenta fundaciones. La segunda vez que Dios le habló, esto es curioso, le dijo que debía ir a Washington para hablar con el presidente Reagan, pidiéndole comida para los hambrientos de Etiopía, la misma historia que la de Felipe, y ella enseguida, tomó un avión para Washington. A mí me encantaría tener un vídeo de esa conversación; cuando ella le dijera: "Cristo me ha enviado para pedirle...", y le dio cincuenta millones de dólares en comida. La tercera vez, cuando ella volvió de Polonia, preocupada por la situación de algunos sacerdotes, Cristo le dijo que debía fundar las Intercesoras de Verónica por los sacerdotes. Antes de morir tenía cincuenta mil sacerdotes encomendados en las oraciones de contemplación; lo hizo porque el Señor le habló.
Antes de tomar una nueva dirección, o nueva decisión ¿Qué hace Cristo? Se pone en oración buscando la voluntad del Padre.
El papel número uno del líder no es decir lo que él piensa, lo que él quiere sino discernir lo que él cree que Dios pide de nosotros. Por eso, antes de elegir a los doce apóstoles Cristo se pone a orar; antes de prometer su carne como comida y su sangre como bebida Él ora; antes de nombrar a Pedro príncipe de los apóstoles, Cristo ora; antes de ir a la Pasión, Cristo ora en el Huerto. Y antes de decidir vosotros mismos, debéis entrar en el proceso de la oración, del discernimiento.
Para este don, ¿cuáles son los requisitos? Número uno: Usad la cabeza. Algunos abandonan su inteligencia. Sigue usando la cabeza porque Dios te la dio. Sí, usad vuestra inteligencia pero orando intensamente pedid que Dios os hable.
Pero para tener el don de discernimiento debes estar liberado. Si tú no estás liberado vas a contestarte a ti mismo. Si estás dominado por el pecados, por la inseguridad, por el egoísmo, por el materialismo, por el fanatismo, por el vicio, por los prejuicios, si estás lleno de conflictos emocionales entonces tú no puedes oír la voz de Dios. Debes buscar ayuda, debes tener un director espiritual. La Madre Teresa tuvo directora espiritual, el Papa tiene director espiritual. Si tú no te abres ante nadie puedes equivocarte al guiar a otros. El líder debe ser humilde. Qué importante es esto. Porque si uno no es humilde el que dirige es su propio orgullo.
Discernimiento, la mejor definición que os puedo dar es de 1Cor 2, 16 "tenemos el pensamiento de Cristo", pensad los pensamientos de Cristo, porque él es el Señor y nuestro papel como líder es comunicar la mente y el plan de Dios.
Por eso termino orando por vosotros, sabiendo que sois hombres de oración y de alabanza. Y no voy a daros una oración mía, sino una oración inspirada. "Por eso, también desde el día en que tuvimos esta noticia no cesamos de orar y pedir por vosotros; para que seáis llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, con toda sabiduría e inteligencia espiritual, y andéis de una manera digna del Señor, procurando serle gratos en todo, dando frutos de toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios" (Col 1, 9-10).
Esta oración os hará ser buenos pastores según el ejemplo de Cristo y eso es exactamente lo que debéis ser.
"Publicado en Pentecostés-Chile"
(Nuevo Pentecostés, nº 92)
P. Tom FORREST
Para ser un líder ¿debe la persona tener el carisma de hacer milagros?, si hay otro en la comunidad que tiene el don de mover montañas, de hacer milagros, ¿no debe ser líder?, ¿debe ser líder el profeta, que profetiza el mensaje de Dios para el grupo? Si hay otro que sepa profetizar ¿no debe ser el líder? Con la sanación, lo mismo, y con la organización. Hay otros en la comunidad que pueden tener el talento de atender los detalles y organizar bien. El don de predicar, ¿es ese el don que te hace líder? Claro que no. Un ejemplo bien claro es Moisés. Él fue un fantástico líder, ¿no es un poco difícil guiar a un pueblo por el desierto durante cuarenta años? Pues él lo hizo, y recibiendo esta carga de parte de Dios, dijo: "Pero yo no hablo bien" y Dios le contestó: "No hay problema, ¿no tienes a tu hermano Aarón? A él no le faltarán las palabras". Aarón fue un gran predicador. Moisés no. Pero Aarón no era un buen líder y se equivocó terriblemente ofreciendo un ídolo de oro para que recibiera la adoración del pueblo. Por eso, ¿cuál es el don que debes tener? El don que tú debes tener es el don de discernimiento. De otra manera el decir "soy líder" se quedaría en palabras. Si uno está guiando al pueblo sin ese don, puede cometer bastantes errores. Un buen ejemplo es San Pedro, que a veces funcionaba muy bien con ese don. Cuando él le dijo a Cristo: "Señor, a quién vamos. Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que Tú eres el santo de Dios". Él habló así con un rico don de discernimiento, pero en otras ocasiones habló con demasiado ímpetu. ¿Recordáis el momento de la transfiguración de Cristo? Estaban hablando Moisés, Elías y Cristo... ¿y quién se metió en la conversación? Pedro. Abrió la boca ofreciendo su discernimiento y dijo: "Levantemos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".. Y viene la voz de Dios. Lo que el Padre le dijo a Pedro fue como: ¡Cállate!, "éste es mi Hijo amado, debes escucharle".
El momento llegó, no para hablar Pedro sino para escuchar, pero faltando el don del discernimiento él se entrometió con sus propias ideas.
Otro ejemplo de Pedro es cuando tomó el liderazgo en el Huerto, ¿cómo? Sacando una espada. Y ¿de dónde le vino esta idea? ¿Está en el Espíritu de Cristo el pelear con una espada? Pedro sacó la espada e hirió a Malco, siervo de los jefes, cortándole la oreja derecha. Ya hay un problema, porque hay un hombre que tiene su oreja no en la cabeza sino en el suelo. Por eso, antes de hacer nada, Cristo debe corregir el error de Pedro actuando sin el don de discernimiento.
Pero el terrible error de Pedro, el que ocasionó una fuerte corrección por parte de Cristo es cuando Éste comunicó el plan que el Padre tenía. Jesús comenzó a explicar que debía ir a Jerusalén y que iba a ser condenado a muerte. Entonces Pedro impone su discernimiento y se pone a reprenderlo. ¡Qué papel éste para un apóstol, reprender a su maestro diciéndole: "Dios te libre Señor" (Mt 16, 21-22).
¿Cómo habla Cristo? Más fuertemente que en cualquier otra ocasión, diciéndole: "Apártate de mí, Satanás". Qué palabra usa para un apóstol. Y añade Cristo: "No piensas como Dios, sino como los hombres".
Discernimiento es un don que te permite pensar los pensamientos de Dios, es un don de tremenda importancia. Si falta ese don es pensar sólo los pensamientos de los hombres. Vemos a los apóstoles actuando sin tener el don de discernimiento. Eso es antes de su Pentecostés.
Juan y Santiago: Ellos tienen su plan, su idea de lo que debe suceder y lo que deben hacer en el futuro. Y dicen: "Señor, concédenos que nos sentemos a tu derecha y a tu izquierda cuando estés en tu Gloria", pero no entienden lo que quiere decir esa palabra: Gloria. Ellos piensan también como hombres y para el hombre la gloria estás ligada a un rey sentado en su trono, que pide que le pongan una corona de oro, joyas en los dedos y que le besen esos dedos o, mejor, los pies, glorificado así en el sentido del mundo. Pero la gloria en el sentido bíblico quiere decir que está embellecido no con oro y con joyas, sino con una reflexión de Dios, la Gloria divina te hace imagen, te hace un espejo, como la Madre Teresa dijo siempre a sus monjas: "Cualquiera que te vea debe ver a Cristo en ti".
Cristo, Hijo de Dios reflejando a su Padre celestial que es amor. La gloria de Cristo es la cruz. Cuando vemos que nuestro Dios que adoramos es amor, cuando Cristo dijo que había llegado el momento de su Gloria, estaba hablando de su crucifixión, y ahora, Juan y Santiago pidiendo estar a la derecha y a la izquierda pidieron crucifixión y no lo entendieron. Entonces Cristo debe contestarles: "No sabéis lo que pedís".. (Mc 10, 37) Sin discernimiento, estos dos planearon violencia, por ejemplo cuando los samaritanos los echaron fuera del pueblo. "Tenemos una idea, Señor, vamos a ser los líderes aquí, ¿Quieres que mandemos bajar fuego del cielo para que los consuma?..." Y Cristo, dándose la vuelta, los reprendió. Actuaron como líderes sin el don de discernimiento.
Dios habla con su pueblo por la voz de la Iglesia, no habla mientras estamos leyendo las Escrituras, a través de los signos de los tiempos. Los momentos de dificultad, sufrimiento contienen un mensaje de Dios; por la oración, por las palabras dichas y escritas por otros que obviamente tengan ese don, por auténticas profecías, por esa voz positiva que se llama la voz de inspiración, por esa voz negativa que se llama la voz de la conciencia, por los rostros de los niños. La inocencia de un niño contiene un mensaje, la naturaleza, la creación. Es lo que Cristo prometió: "Ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor, por eso os llamo amigos porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer" (Jn 15, 15). Un buen pastor va caminando al frente de sus ovejas y éstas lo siguen porque reconocen su voz. Otra definición del don del discernimiento: el que tiene este don reconoce la voz de Cristo en muchas maneras y puede comunicar el plan de Dios al grupo que está guiando.
Para discernir hay un proceso. Para asegurar que es la voz de Dios, no despreciéis lo que dicen los profetas, "examinadlo todo y quedaos con lo bueno". El líder es el que puede quedarse con lo bueno desechando lo otro. No creáis que todo lo que se dice es inspirado. Como ese hombre que dice: "El Señor me habló a las tres". No debéis aceptarlo automáticamente. Los que anuncian que Dios les habló probablemente no tienen el don, el don muchas veces está con el pueblo. Pueden decir lo que opinan y los demás pueden discernir que ésta es la autentica voz de Dios. No creáis todo lo que se dice inspirado. Examinad los espíritus para saber si vienen de Dios, porque especialmente en esta época hay muchos falsos profetas.
En la Historia de la Iglesia ¿Cuál era el don de los líderes? Éste don era discernimiento. Me encanta Abraham: el Señor lo llamó y Abraham le reconoció la voz. Me encanta esta traducción: "y Abraham contestó: « ¡Listo!». Al oír la voz de Dios tú puedes responder listo y, si estás listo como Abraham, vas a ser un gran líder. Ahora, listo ¿para qué? Sea lo que sea, incluso sacrificar a tu propio hijo.
A veces, al principio de la cuaresma el Señor nos habla de que no coma chocolate durante cuarenta días, ¡gran sacrificio!, terriblemente difícil. Y no comemos chocolate durante una semana, y a la segunda semana ya estamos comiendo chocolate. No podemos dejar de comer chocolate incluso habiendo oído la voz de Dios pidiéndolo. Pero cuando Dios le pidió a Abraham la vida de su hijo contestó: "Listo". Ahí está su grandeza. Moisés oyó la voz de Dios pidiéndole dar un paseíto de sólo cuarenta años por el desierto, y lo hizo. San Pedro tuvo también un discernimiento: el Señor le dijo que fuera a la casa de Cornelio. Pero Cornelio era un pagano e iba contra la conciencia, la cultura y la tradición de este judío entrar en la casa de este pagano y cuando entró y realizó la conversión de toda la familia, le atacaron los otros apóstoles diciéndole: "¿Cómo es posible que tú hayas entrado en la casa de este hombre?". ¿Qué contestó Pedro? "Si Dios les comunica lo mismo que a nosotros, ¿quién soy yo para oponerme a Dios?" Y debemos nosotros tener esa mentalidad: Dios sólo debe hablarme y yo le obedeceré.
Basta leer el capítulo 16 de los Hechos para ver cómo actuó San Pablo. La hermosa revista National Geographic, revista de naturaleza, publicó un número llamado "Tiempos bíblicos" y en el último capítulo se refiere a los trabajos de San Pablo. Y dice que él cambió la dirección de la cristiandad y así cambió la dirección del mundo entero y ¿cómo cambió la dirección del mundo?: Obedeciendo a Dios.
Una vez el Señor le dijo a Felipe: "Levántate y vete al sur". Por el camino que va de Jerusalén a Gaza se encontró a un eunuco, alto funcionario y tesorero de la reina de Etiopía que había ido a Jerusalén para adorar a Dios. El Espíritu le dijo a Felipe: Acércate y únete a este carro. Cuando se acercó, Felipe oyó que leía el libro de Isaías. Esto me hace recordar a la Madre Teresa. Ella me contó que el Señor le habló con voz clara en tres ocasiones: la primera vez le dijo que debía fundar el grupo de las misioneras de la caridad. Cuando terminó su trabajo fundacional tenía cuatro mil quinientos miembros en ciento veinte países y cuatrocientas cincuenta fundaciones. La segunda vez que Dios le habló, esto es curioso, le dijo que debía ir a Washington para hablar con el presidente Reagan, pidiéndole comida para los hambrientos de Etiopía, la misma historia que la de Felipe, y ella enseguida, tomó un avión para Washington. A mí me encantaría tener un vídeo de esa conversación; cuando ella le dijera: "Cristo me ha enviado para pedirle...", y le dio cincuenta millones de dólares en comida. La tercera vez, cuando ella volvió de Polonia, preocupada por la situación de algunos sacerdotes, Cristo le dijo que debía fundar las Intercesoras de Verónica por los sacerdotes. Antes de morir tenía cincuenta mil sacerdotes encomendados en las oraciones de contemplación; lo hizo porque el Señor le habló.
Antes de tomar una nueva dirección, o nueva decisión ¿Qué hace Cristo? Se pone en oración buscando la voluntad del Padre.
El papel número uno del líder no es decir lo que él piensa, lo que él quiere sino discernir lo que él cree que Dios pide de nosotros. Por eso, antes de elegir a los doce apóstoles Cristo se pone a orar; antes de prometer su carne como comida y su sangre como bebida Él ora; antes de nombrar a Pedro príncipe de los apóstoles, Cristo ora; antes de ir a la Pasión, Cristo ora en el Huerto. Y antes de decidir vosotros mismos, debéis entrar en el proceso de la oración, del discernimiento.
Para este don, ¿cuáles son los requisitos? Número uno: Usad la cabeza. Algunos abandonan su inteligencia. Sigue usando la cabeza porque Dios te la dio. Sí, usad vuestra inteligencia pero orando intensamente pedid que Dios os hable.
Pero para tener el don de discernimiento debes estar liberado. Si tú no estás liberado vas a contestarte a ti mismo. Si estás dominado por el pecados, por la inseguridad, por el egoísmo, por el materialismo, por el fanatismo, por el vicio, por los prejuicios, si estás lleno de conflictos emocionales entonces tú no puedes oír la voz de Dios. Debes buscar ayuda, debes tener un director espiritual. La Madre Teresa tuvo directora espiritual, el Papa tiene director espiritual. Si tú no te abres ante nadie puedes equivocarte al guiar a otros. El líder debe ser humilde. Qué importante es esto. Porque si uno no es humilde el que dirige es su propio orgullo.
Discernimiento, la mejor definición que os puedo dar es de 1Cor 2, 16 "tenemos el pensamiento de Cristo", pensad los pensamientos de Cristo, porque él es el Señor y nuestro papel como líder es comunicar la mente y el plan de Dios.
Por eso termino orando por vosotros, sabiendo que sois hombres de oración y de alabanza. Y no voy a daros una oración mía, sino una oración inspirada. "Por eso, también desde el día en que tuvimos esta noticia no cesamos de orar y pedir por vosotros; para que seáis llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, con toda sabiduría e inteligencia espiritual, y andéis de una manera digna del Señor, procurando serle gratos en todo, dando frutos de toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios" (Col 1, 9-10).
Esta oración os hará ser buenos pastores según el ejemplo de Cristo y eso es exactamente lo que debéis ser.
"Publicado en Pentecostés-Chile"
(Nuevo Pentecostés, nº 92)