MES DE DICIEMBRE DEL 2001.
En el ministerio de sanación, dos ideas fundamentales hay que tener claras. Son las que vamos a presentar en este trabajo.
DIOS QUIERE LA SALUD DEL HOMBRE TOTAL.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento "afirman que nuestra humanidad es una por esencia; cuerpo y alma son dos aspectos diferentes del conjunto de nuestro ser. En otros términos, el acento se pone en la unidad de nuestra naturaleza (unidad ciertamente compleja) y no sobre sus partes constitutivas. Hombres y mujeres son seres enteramente integrados más que colección de compartimentos. (Gen.1, 26-27; 2,7; I Tes.5,23-24). Puesto que somos una unidad estrecha,en la que entran diversos niveles de la persona humana, podemos afirmar que Dios quiere sanar todos y cada uno de ellos, ya que entran a formar la realidad total del hombre".
El plan de Dios sobre el hombre no es otro que el de su salvación. Y la salvación no es otra cosa que el encuentro de Dios con el hombre. En ese encuentro el hombre consigue su felicidad.
El hombre se separa de Dios por el pecado y entonces pierde
La gracia santificante
La salud; el hombre se encuentra con las enfernmedades como fruto del pecado.
Jesús vino a restablecer lo que el hombre había perdido por el pecado; no solo a perdonar sus pecados, sino también a reparar los efectos del pecado. Viene a dar vida plena en abundancia (Jn.10,10) Cristo redime al hombre total, y éste no solo es espíritu y alma sino también cuerpo. San Mateo nos dice: "Jesús...proclamaba la buena nueva del Reino y sanaba toda enfermedad y toda dolencia" (Mt. 9,35).
"Las curaciones de Jesús son signo de su misión mesiánica (cf.Lc.7,20-23). Ellas manifiestan la victoria del Reino de Dios sobre todo tipo de mal y se convierten en símbolo de la curación del hombre entero, cuerpo y alma" (Cf. Mc. 2, 1-12)(Instrucción Santa Sede).
Las cuaraciones de Jesús, pretenden además,
Acrecentar nuestra fe. A Jairo Jesús le dice: "No temas; basta que tengas fe y se curará" (Lc.8, 50).
Que nos apartemos del pecado: Dice Jesús: "Mira, has sido curado. No peques más, para que no te suceda algo peor" (Jn. 5, 14).
Atraer a la gente para hablarles del Reino de Dios.
Resumiendo. DIOS DESEA QUE EL HOMBRE GOCE DE LA PLENITUD DE LA SALVACIÓN.
B- EL SUFRIMIENTO EN EL PLAN DE DIOS.
Si bien la enfermedad y el sufrimiento que conlleva, es fruto del pecado, con todo, no siempre la enfermedad es fruto del pecado personal.
El sufrimiento puede estar en el plan de Dios para ser cooperador a la aplicación de la Redención de Cristo. Y es ahí, en donde se convierte en causa de salvación, de purificación, de santidad.
"Pero la enfermedad se manifiesta con un carácter ambivalente, ya que por una parte se presenta como un mal cuya aparición en la historia está vinculada al pecado y del cual se anhela la salvación, y por otra parte puede llegar a ser medio de victoria contra el pecado."
(Instrucción de la Santa Sede)
Difícilmente podremos penetrar en los planes de Dios, y menos cuando se trate del sufrimiento en el mundo. Estos modos divinos nos dejan perplejos, nos escandalizan.
Los apóstoles se escandalizaron cuando Cristo les anuncia su pasión (Lc.18,34). No entendían cuando les decía: "Si a mí me han perseguido, también os persiguirán a vosotros" (Jn.15,20) y "Os aseguro que vosotros llorareis y gimeireis" (Jn.16, 20).
Ypor otro lado nos preguntamos: Por qué permitió la muerte de Lázaro, pudiendo haber ahorrado el dolor a esa familia que tanto le amaba? Por qué el sufrimiento del justo y del inocente?
No es fácil dar respuestas a nuestro desconcierto ante el sufrimiento. Es en el Nuevo Testamento donde encontramos una respuesta plena a tantos interrogantes. "En efecto, el mismo Cristo, que no cometió ningún pecado, sufrió en su pasión penas y tormentos de todo tipo, e hizo suyos los dolores de todos los hombres, cumpliendo así lo que de Él había escrito el profeta Isaías (cf. Is 53,4-5)". (4) Pero hay más: "En la cruz de Cristo no sólo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido. (. . .) Llevando a efecto la redención mediante el sufrimiento, Cristo ha elevado juntamente el sufrimiento humano a nivel de redención. Consiguientemente, todo hombre, en su sufrimiento, puede hacerse también partícipe del sufrimiento redentor de Cristo". (Juan Pablo II)
Pablo nos da un claro ejemplo con sus palabras: "Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col. 1,24). Y, como San Pablo, también "muchos enfermos pueden convertirse en portadores del "gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones" (I Ts. 1,6) y ser testigos de la Resurrección de Jesús". (Juan Pablo II).
La historia está llena de estos ejemplos, desde los mártires que derramaron su sangre hasta tantos cristianos (verdaderos mártires) que desde la enfermedad, el sufrimiento, el dolor se han santificado y han llevado la salvación de Cristo hasta los últimos rincones del mundo.
Resumiendo. LA CRUZ ES UN MISTERIO. Solamente a la luz del misterio de Cristo se nos esclarece. Fuera de Cristo, el problema del mal y del dolor es inexplicable, sigue siendo, como la cruz "ESCÁNDALO PARA LOS JUDIOS, Y LOCURA PARA LOS PAGANOS, PERO PARA LOS LLAMADOS...PODER Y SABUDURÍA DE DIOS" (1 Cor. 1, 23-24).
Dios tiene un Plan sobre el hombre, y el hombre, como criatura libre, debe colaborar con ese Plan para que le reporte la mayor felicidad. Ëste será el tema del próximo mes.
En el ministerio de sanación, dos ideas fundamentales hay que tener claras. Son las que vamos a presentar en este trabajo.
DIOS QUIERE LA SALUD DEL HOMBRE TOTAL.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento "afirman que nuestra humanidad es una por esencia; cuerpo y alma son dos aspectos diferentes del conjunto de nuestro ser. En otros términos, el acento se pone en la unidad de nuestra naturaleza (unidad ciertamente compleja) y no sobre sus partes constitutivas. Hombres y mujeres son seres enteramente integrados más que colección de compartimentos. (Gen.1, 26-27; 2,7; I Tes.5,23-24). Puesto que somos una unidad estrecha,en la que entran diversos niveles de la persona humana, podemos afirmar que Dios quiere sanar todos y cada uno de ellos, ya que entran a formar la realidad total del hombre".
El plan de Dios sobre el hombre no es otro que el de su salvación. Y la salvación no es otra cosa que el encuentro de Dios con el hombre. En ese encuentro el hombre consigue su felicidad.
El hombre se separa de Dios por el pecado y entonces pierde
La gracia santificante
La salud; el hombre se encuentra con las enfernmedades como fruto del pecado.
Jesús vino a restablecer lo que el hombre había perdido por el pecado; no solo a perdonar sus pecados, sino también a reparar los efectos del pecado. Viene a dar vida plena en abundancia (Jn.10,10) Cristo redime al hombre total, y éste no solo es espíritu y alma sino también cuerpo. San Mateo nos dice: "Jesús...proclamaba la buena nueva del Reino y sanaba toda enfermedad y toda dolencia" (Mt. 9,35).
"Las curaciones de Jesús son signo de su misión mesiánica (cf.Lc.7,20-23). Ellas manifiestan la victoria del Reino de Dios sobre todo tipo de mal y se convierten en símbolo de la curación del hombre entero, cuerpo y alma" (Cf. Mc. 2, 1-12)(Instrucción Santa Sede).
Las cuaraciones de Jesús, pretenden además,
Acrecentar nuestra fe. A Jairo Jesús le dice: "No temas; basta que tengas fe y se curará" (Lc.8, 50).
Que nos apartemos del pecado: Dice Jesús: "Mira, has sido curado. No peques más, para que no te suceda algo peor" (Jn. 5, 14).
Atraer a la gente para hablarles del Reino de Dios.
Resumiendo. DIOS DESEA QUE EL HOMBRE GOCE DE LA PLENITUD DE LA SALVACIÓN.
B- EL SUFRIMIENTO EN EL PLAN DE DIOS.
Si bien la enfermedad y el sufrimiento que conlleva, es fruto del pecado, con todo, no siempre la enfermedad es fruto del pecado personal.
El sufrimiento puede estar en el plan de Dios para ser cooperador a la aplicación de la Redención de Cristo. Y es ahí, en donde se convierte en causa de salvación, de purificación, de santidad.
"Pero la enfermedad se manifiesta con un carácter ambivalente, ya que por una parte se presenta como un mal cuya aparición en la historia está vinculada al pecado y del cual se anhela la salvación, y por otra parte puede llegar a ser medio de victoria contra el pecado."
(Instrucción de la Santa Sede)
Difícilmente podremos penetrar en los planes de Dios, y menos cuando se trate del sufrimiento en el mundo. Estos modos divinos nos dejan perplejos, nos escandalizan.
Los apóstoles se escandalizaron cuando Cristo les anuncia su pasión (Lc.18,34). No entendían cuando les decía: "Si a mí me han perseguido, también os persiguirán a vosotros" (Jn.15,20) y "Os aseguro que vosotros llorareis y gimeireis" (Jn.16, 20).
Ypor otro lado nos preguntamos: Por qué permitió la muerte de Lázaro, pudiendo haber ahorrado el dolor a esa familia que tanto le amaba? Por qué el sufrimiento del justo y del inocente?
No es fácil dar respuestas a nuestro desconcierto ante el sufrimiento. Es en el Nuevo Testamento donde encontramos una respuesta plena a tantos interrogantes. "En efecto, el mismo Cristo, que no cometió ningún pecado, sufrió en su pasión penas y tormentos de todo tipo, e hizo suyos los dolores de todos los hombres, cumpliendo así lo que de Él había escrito el profeta Isaías (cf. Is 53,4-5)". (4) Pero hay más: "En la cruz de Cristo no sólo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido. (. . .) Llevando a efecto la redención mediante el sufrimiento, Cristo ha elevado juntamente el sufrimiento humano a nivel de redención. Consiguientemente, todo hombre, en su sufrimiento, puede hacerse también partícipe del sufrimiento redentor de Cristo". (Juan Pablo II)
Pablo nos da un claro ejemplo con sus palabras: "Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia" (Col. 1,24). Y, como San Pablo, también "muchos enfermos pueden convertirse en portadores del "gozo del Espíritu Santo en medio de muchas tribulaciones" (I Ts. 1,6) y ser testigos de la Resurrección de Jesús". (Juan Pablo II).
La historia está llena de estos ejemplos, desde los mártires que derramaron su sangre hasta tantos cristianos (verdaderos mártires) que desde la enfermedad, el sufrimiento, el dolor se han santificado y han llevado la salvación de Cristo hasta los últimos rincones del mundo.
Resumiendo. LA CRUZ ES UN MISTERIO. Solamente a la luz del misterio de Cristo se nos esclarece. Fuera de Cristo, el problema del mal y del dolor es inexplicable, sigue siendo, como la cruz "ESCÁNDALO PARA LOS JUDIOS, Y LOCURA PARA LOS PAGANOS, PERO PARA LOS LLAMADOS...PODER Y SABUDURÍA DE DIOS" (1 Cor. 1, 23-24).
Dios tiene un Plan sobre el hombre, y el hombre, como criatura libre, debe colaborar con ese Plan para que le reporte la mayor felicidad. Ëste será el tema del próximo mes.