SANACION DE CANCER

La vivencia que he experimentado no sé si la hubiese tenido de no ser porque como dice el Padre Tardiff "El Señor no está limitado por el tiempo, no tiene reloj ni calendario, ¡El es el eterno presente!".
Todo empezó el 22 de julio de 1998 cuando estando con nosotros pasando el verano mi hijo Ferran, su esposa Mensín y mi nieta María, llegó mi hijo muy emocionado contando que venía del recinto de la Pérgola de Castellón donde se había celebrado una Misa de sanación y se habían producido diversos testimonios de sanaciones. Allí, sobre el escenario, pudo ver a dos de los organizadores: Chesca y Evaristo a los que conoce por motivos bastante diferentes desde el año 1984. Realmente mi hijo se quedó muy sorprendido de verles tan alegres y alabando a Dios. De haberlo sabido también me hubiera gustado asistir.
Pasó el tiempo, mi nieta María cumplió los 5 años el 20 de noviembre de 2000. El 9 de diciembre empezó a quejarse de dolor de cabeza sobre la ceja derecha, los siguientes días igual pero ya se levantaba por las mañanas con nauseas y vómitos, al principio el médico no le dio la menor importancia, podría tratarse de un simple virus, catarro, pero en principio nada preocupante. Como María también se quejaba de unas molestias en el ojo derecho, la llevaron a la consulta de una oftalmóloga y el ojo, en ese momento, lo tenía completamente normal, quizás algo de conjuntivitis pero sin importancia. Lo que tenía la niña era imposible verlo a simple vista ya que en el ojo nunca tuvo nada. En el Servicio de Urgencias del Hospital General tampoco le encontraban nada.
El miércoles 13 de diciembre María estuvo todo el día bien, era también el cumpleaños de Mensín, su madre.
El jueves 14 volvieron los síntomas, los cuales se agudizaron por la tarde. María le dijo a su padre que le veía doble, el le dijo que mirara a su abuelo para ver cuantos veía y ella dijo que 50, había ocasiones que veía doble y otras que no. Eso nos desconcertó haciéndonos dudar. Ante la duda y siendo que María ya hacía días que no se encontraba bien regresamos nuevamente al Servicio de Urgencias. Allí le hicieron un TAC craneal y salió normal por lo que, en principio, descartaron cualquier lesión neurológica. La oftalmóloga de guardia la examinó y apreció problemas de movilidad en el ojo derecho que le causaban la visión doble pero no daban con la causa exacta de la enfermedad. Podría ser un virus. Regresamos a casa.
El viernes de nuevo los síntomas. Nuevamente fueron a Urgencias y solicitaron a los médicos que hasta que no dieran con la enfermedad que no les mandaran a casa. Ese mismo día María quedó ingresada en el Hospital General de Castellón. María cada vez estaba peor, el dolor de cabeza sobre la ceja derecha y los vómitos se intensificaban. Le practicaron diversos análisis y pruebas, la hicieron llorar mucho, también nos hicieron llorar mucho. Como todas las pruebas que le hicieron: análisis de sangre, punción lumbar, etc., salían bien, lo único que quedaba era hacer una Resonancia Magnética.
El domingo 17 por la mañana se la practicaron, el diagnóstico no podía ser más desalentador, se veía una tumoración sin determinar de que tipo. Se encontraba en la base del cráneo en relación directa con el ala mayor del hueso Esfenoides. María ya no podía abrir el párpado, la pupila del ojo no reaccionaba a la luz. La noticia nos hizo derrumbarnos a todos. Yo no sé lo que me hacía sufrir más si la gravedad de mi querida nieta o ver el sufrimiento de sus padres y no poder remediarlo.
El domingo 17 por la tarde mediante una ambulancia medicalizada SAMUR, trasladaron a María al Hospital Infantil "La Fe" de Valencia quedando ingresada en oncología pediatrica.
El viernes 22 de diciembre se realizó la biopsia para saber qué clase de tumor era y cual el tratamiento a realizar. La biopsia era complicada pues en la zona en donde estaba el tumor confluyen venas y arterias que van al cerebro como la arteria carótida, un mal paso podía tener malas consecuencias. La operación salió bien, sin complicaciones, pero el tumor no se pudo sacar completo, únicamente una pequeña porción para la biopsia.
Estábamos en plenas Navidades ¡Qué Navidades tan distintas!, pero, a pesar del dolor y de la preocupación, igual fue Navidad.
Días después comunicaron a los padres el resultado de la biopsia: se trataba de un tumor maligno, la palabra que jamás quieres escuchar y menos en un niño: cáncer. Un rabdomiosarcoma embrionario parameníngeo de 2,5x2x1 cms. Les dijeron que habría que trabajar mucho durante ocho o nueve meses con tratamiento de quimioterapia y radioterapia.
Desde ese momento sentí en el estómago como una mano que me oprimía tanto que me di cuenta cómo había cambiado mi vida. Esa angustia, ese sufrimiento me hizo ver lo felices que habíamos sido hasta entonces. ¡Lo que yo daría para un día volver a sentirme igual!
Entonces pensé que la ayuda solamente la podíamos recibir del Señor. Empezamos todos a orar con toda el alma pidiendo por María. Fue entonces cuando me acordé de la Renovación Carismática y de lo que me contó mi hijo Fernando de la misa del Padre Emiliano y que Evaristo y Chesca estaban allí presentes en julio de 1998. Llamé a Evaristo diciéndole lo que había ocurrido.
Quiero resaltar que desde que se supo la enfermedad de María, muchas personas, muchas de ellas sin conocerlas, han rezado por María.
El día 28 de diciembre se inició el tratamiento de quimioterapia. Le dieron el alta hospitalaria el 2 de enero de 2001 regresando a casa. Posteriormente debían regresar al hospital para los tratamientos programados.
Pasados unos días Chesca y una amiga, Belén, pasaron por casa de mis hijos para ver a María. Chesca les regaló el libro del Padre Emiliano Tardiff "Jesús está vivo". Chesca les comentó que habían pensado realizar el jueves una velada de oración ante el Santísimo para pedir por María y les invitó a asistir.
El jueves 22 de febrero, Ferran y Mensín acudieron a la casa Magnificat de la Comunidad de Siervos de Cristo Vivo en Castellón, fueron acompañados por algunos miembros de su grupo de Equipos de Nuestra Señora. Regresaron a casa realmente emocionados y reconfortados al ver que personas que no conocían pudieran orar tan intensamente y con tanta fe por la sanación de María. Mi esposo Vicente y yo nos quedamos en casa cuidando de María.
El jueves 8 de marzo de 2001 asistimos mi esposo y yo para compartir un rato de oración con la Comunidad. Ese día compramos, entre otros, el libro "Jesús está vivo" y la copia en video de la Misa de sanación con el Padre Emiliano que se hizo en Castellón el 28 de julio de 1998. El libro ya lo habíamos leído en casa de mis hijos Ferran y Mensín, pero como nos hizo tanto bien lo compramos para tenerlo nosotros.
Al finalizar la oración, Chesca nos presentó como los abuelos de María. Todos se interesaron por ella. Les comentamos que el próximo lunes 12 de marzo tenían que ir a Valencia para un nuevo ingreso para quimioterapia y hacerle ese lunes un TAC para evaluar el estado del tumor después del primer ciclo de quimioterapia. Chesca dijo a todos: "ya sabeís, tenemos que rezar mucho para que el lunes salga todo bien".
Los dos meses y medio que pasamos desde que supimos que María tenía un tumor canceroso y que no se podía operar, mi oración era pedirle al Señor que María se curara y que se me fuera esa angustia para sentirme como antes.
El día siguiente, 9 de marzo, al levantarme me doy cuenta que aquella angustia tan grande había desaparecido. Entonces fui donde estaba mi esposo y le dije: "Vicente, me pasa una cosa muy rara" el me dijo "¿Te encuentras mal?", le respondí: "No, al contrario, me encuentro como antes de enfermar María".
Por la noche de ese mismo día fuimos a casa de mis hijos y pusimos la película de video de la Misa del Padre Emiliano que hizo en Castellón. Todos vivimos la Misa como si se estuviera realizando en ese mismo instante, como si fuera la primera vez. Pusimos todo nuestro corazón en la Misa.
En un momento dado, María sintió calor y se recostó en mi regazo. En la petición y bendición de los enfermos con el Santísimo puse mis manos sobre la cabeza de mi nieta pidiendo por su sanación. Cuando finalizó la Misa mi nieta tenía la cabeza llena de pequeñas gotas de sudor. Mensín, la esposa de mi hijo, dijo: ¿y si esto fuera señal de ...?, refiriéndose a una posible curación de María. (Muchos de los sanados experimentan calor. En casa ninguno de los presentes tuvimos calor excepto María)
(El Padre Emiliano en su libro Jesús está vivo cita un testimonio en el que una persona es sanada cuando miraba un video de una misa de sanación realizada meses atrás. En la Misa de sanación realizada en Castellón, el Padre Emiliano insistió mucho diciendo que: en este momento hay sanaciones de niños que no están aquí y que la mamá está orando por su niño. Esto lo repitió varias veces. Debió darle mucha importancia). Aquí me remito a lo citado al principio de este testimonio: ¡"El es el eterno presente"!
El día siguiente, sábado 10 de marzo, mi marido y yo subimos al pueblo a pagar unos trabajos. El domingo al salir de Misa la gente conocida nos paraba y se lamentaban con lágrimas en los ojos de lo mal que lo estaríamos pasando. Yo con una tranquilidad que a mi misma me sorprendía contestaba: - "Sí, lo hemos pasado muy mal, pero desde el pasado jueves estoy muy tranquila, ¡y Dios hace milagros!"- (creo que algunos pensarían que estaba algo loca).
Tal y como estaba previsto, el lunes 12 mis hijos y mi nieta fueron al hospital a Valencia para practicarle a María el TAC de evaluación y el ingreso para quimioterapia. Yo antes de que se marcharan les dije que estuvieran tranquilos que todo iría bien. A media mañana mi marido y yo, fuimos a la Concatedral de Santa María a participar de la Misa y a orar ante el Santísimo. Cuando quise pedir por la sanación de María no salió de mí esa palabra de mi boca, solamente pude decir: "¡Gracias Jesús, gracias!" y llorar.
A las dos de la tarde nos llamó mi hijo diciéndonos que la doctora estaba muy contenta del resultado del TAC, había dicho que no había nada que operar, aunque todavía quedaban restos tumorales..
Durante la semana del 12 al 16 de marzo María quedó ingresada para un nuevo ciclo de quimioterapia. Durante esos días los padres hablaron con el equipo de radioterapia ya que este tratamiento estaba previsto iniciarse próximamente. Les explicaron en qué consiste la radioterapia, la duración del tratamiento, efectos secundarios, etc. También les informaron que iban a solicitar una nueva resonancia magnética para poder evaluar el estado de la tumoración de María.
Mis hijos y María regresaron a casa el 16 de marzo . Aun quedaban 5 meses de quimioterapia y 30 sesiones de radioterapia. Quiero volver a recordar que el tratamiento se inició en 28 de diciembre de 2000.
La semana siguiente, el 22 de marzo le hicieron en Castellón la resonancia magnética solicitada por el equipo de radioterapia del Hospital la Fe de Valencia. A las dos de la tarde mi hijo se entrevistó con el radiólogo que le había hecho la resonancia. El doctor le dijo: "macroscópicamente el tumor ha desaparecido". (Quiero recordar que el tumor fue descubierto en una resonancia). En un plazo de 10 días en el TAC aparecían restos tumorales y el la resonancia magnética ya no se veía nada.
El pasado 17 de agosto de 2001 finalizó el tratamiento.
Hoy 18 de diciembre de 2001, ya hace un año que empezó la enfermedad, estoy escribiendo este testimonio. Mi nieta María está pasando las revisiones satisfactoriamente, ¡Damos gracias a Dios!
Todo este sufrimiento que hemos pasado nos ha llevado a comprender que muchas personas estaban pasando por lo mismo, así que el día en que se oró al Señor por María en la Capilla de la Comunidad de Siervos de Cristo Vivo, me prometí a mi misma, que pasara lo que pasara con María, yo, desde ese día, rogaría al Señor por cada uno de los enfermos que tuviera noticia y así lo estamos haciendo desde entonces en casa y en la Comunidad.
También damos gracias a Dios, por todas esas personas, según nos han contado mis hijos, que con sus oraciones, acogida y con su apoyo moral , les han dado fuerzas para andar este camino. ¡Gracias también Señor por el cariño que ha recibido María, y sigue recibiendo, por parte del personal sanitario que la atiende!
Desde aquel jueves 8 de marzo mi marido y yo asistimos regularmente a los actos que celebra la Comunidad de Siervos de Cristo Vivo en su Casa Magníficat en Castellón.