MI TESTIMONIO
Que nuestro Santo Padre Celestial le bendiga, que nuestro Señor Jesucristo le cubra con su Poderosa y Preciosa Sangre y que el Espíritu Santo siempre le guíe. Que la Siempre Virgen María le cubra con su manto lleno de amor.
Que este testimonio sea para honra y gloria de Nuestro Señor Jesucristo y a la vez sirva para constatar el hecho del papel de María como corredentora de la salvación de la humanidad.
Nací un 3 de enero de 1964, pero aún en el vientre de mi madre, se podría decir que sentía el desprecio que tenia mi padre por mí. Mi padre fue un maltratante tanto físico como en lo emocional. Era alcohólico y veterano de la segunda guerra mundial y del conflicto de Corea. Mi madre era lo contrario pero nunca demostró su amor, cuando crecí le tenía que pedir los besos, pues nunca los daba por su propia cuenta. Mis padres se divorciaron cuando tenía 18 meses de nacido. Mis padres al momento de mi nacimiento practicaban y creían en el espiritismo. Creían en una serie de supersticiones mezcladas con también rasgos de las religiones africanas. Fui bautizado católico creo mas que por tradición que por fe. Crecí en un ambiente donde los espíritus guiaban, hacían daño y se comunicaban con los seres vivos. Me desarrollo en un ambiente así con deseos de tomar venganza también de mi padre. A los 11 años nos mudamos a un caserío, era algo nuevo para mí. Vivir en un apartamento de cemento, ¡como estábamos progresando! pensaba en mi mente aún infantil. No sabía el estigma que tienen las personas que viven en un caserío. A los catorce años me invitaron a un grupo para darles catecismo a los jóvenes y la vez para prepararlos para la confirmación. Choque entre ideas, la nueva información que recibía que el espiritismo era satánico, mi mama era buena con todos, repartía de lo poco que teníamos, me enseño a rezar el Padre Nuestro, ¿cómo es posible que fuera mala, como esa práctica podía ser dañina? Pero aún así termine las clases e hice la Primera Comunión y más tarde la confirmación. Me desarrolle intelectualmente y académicamente muy bien. Mis materias favoritas matemáticas y ciencias, pero desarrolle un gusto por lo oculto, lo sobrenatural y lo misterioso, tristemente nunca leía la Santa Biblia. Algo dentro de mí luchaba, me acercaba a la Iglesia, pero no podía estar mas de tres semanas. Trate de ser monaguillo, pertenecer a la Juventud Acción Católica y hasta más tarde a un Coro de la parroquia, nunca perseveraba mas allá de tres semanas. Pero pobre y necio de mí, comencé a leer sobre la gran pirámide, sobre extraterrestres hasta el punto que creía que yo era un elegido por ellos. Leía revistas y libros de estos temas con el fin de tener buena información. Y así terminé la high school, con un buen promedio y me aceptó una universidad reconocida en la isla por aceptar a los mejores estudiantes para estudiar ingeniería. Pero me aficioné entonces al tarot, a tomar mucho alcohol y caí en la trampa del enemigo. Me sacaron de la universidad por bajo promedio y terminé en otra universidad un bachillerato. Pero me aficionaba mucho mas por las ciencias ocultas. Hasta que un día llegó a mis manos un libro titulado La Clavicula de Salomón, lo devolví era muy fuerte me dije para mí. Entonces aparecieron los libros de Connie Méndez, Carlos Castaneda y comencé a estudiar una espiritualidad con metafísica. Mas tarde leería los libros de Paulo Cohello, Miguel Ruiz y una serie de libros de pseudo espiritualidad y estos libros decían cosas que hacían sentir muy bien al lector: Si tienes este libro en tus manos es que eres un elegido o eres uno de los que tienen una semilla sembrada por nuestro Padres Celestiales. Me inculcaban que la Iglesia católica era una manipuladora, explotadora del hombre. Hasta leí que no había pecado ni infierno ni demonios que todo eso era para la manipulación del hombre, para mantenerlo a raya. Me convencieron a tal nivel que me jure a mi mismo no ser Católico nunca más. Que los Católicos eran unos ignorantes y los protestantes eran peores pues eran unos fanáticos, pero criticaba mas a los católicos por hipócritas; así me sentía yo. Termine la carrera universitaria y conocí una joven buena, con buenos principios pero era católica, me dije a mi mismo que mas tarde la cambiaría, que le mostraría la verdad supuestamente revelada a mi. Me creía tan superior, veía a los religiosos como ignorantes que buscaban en otro lugar la solución de sus problemas, los veía tan débiles que inventaron un Dios, un Jesús, para sus necesidades emocionales. Mi debilidad y mis complejos los cubría con un liderazgo lleno de miedo, mostraba al mundo una cosa y por dentro me moría de temor. Le daba mas autoridad a los malos espíritus que a Dios. No quería reconocer la lucha que sostenía dentro de mí, pues no quería ser como los débiles religiosos.
Me volví cínico con los cristianos llegué hasta decir en forma de burla” me libre de los cristianos Dios, que de los ateos me libro yo” Un día luego de casado con la joven. Comencé a sentirme mal emocionalmente, me sentía ansioso por el trabajo. Comencé a tomar mas alcohol también. En el 1997 mi esposa queda embarazada y que alegría y que angustia, seré como mi padre? ¿ Lo maltrataré? Nace mi hijo en octubre 27 con una extraña enfermedad, que agonía, muere el 25 de diciembre de 1997. Que dolor, que rabia con Dios que ironía verdad.
Empiezo a pecar, me leen el tarot. Más tarde le soy infiel a mi esposa.
Maltrato a mi esposa, me vuelvo un reflejo de mi padre. Que dolor parecerme a él. Comienzo a violar la ley: vendo CD’s pirateados, me robo la Internet, robo además el Disk, robo tiempo del trabajo. Me siento tan sucio pero no puedo parar. Me predican a un Jesús vivo pero me molestan que me prediquen.
Caigo en una depresión, comienzo a ver sombras a mi lado. Me da coraje con facilidad, mis ojos se vuelven rojos, me transformo en un ser maldiciente, mis buenos amigos me están sacando el cuerpo. Me hablan del Espíritu Santo y como estoy rebelde con Dios me hago tatuajes en mi cuerpo, algunos anticristianos. No creo en el amor de nadie, solo el de mi madre y ella muere el 29 de febrero de 2004. La única que me ama se muere. En marzo 3 de 2005 tomo la decisión de quitarme la vida, no soporto vivir sin el amor de mi madre, no creo en el amor de mi esposa ni nadie más, menos en el amor de Dios. Fui a la tumba de mi madre con dos potes de insulina uno nuevo y uno lo había usado 2 ó 3 veces. Y me inyecte casi las 2,000 unidades de insulina, era tan cobarde que quería morir sin dolor. Comencé a las 10 de la mañana y esperé hasta las 4 de la tarde y nada pasaba. Como peleé con Dios, le decía déjame morir, tan malo soy que ni al infierno me quieres dejar ir!!!. Que Necio, estúpido soy. Volví a casa triste, frustrado, le había dejado una nota a mi esposa, pero no especificaba lo que iba a hacer. Cuando le dije se volvió loca de dolor y le pidió a Dios que la dejara morir a ella en vez de a mi. Y comenzó un proceso en mi de reconocer su amor por mi. Fui al medico al otro día y me dio tremendo regaño y mostró lo decepcionado que estaba conmigo.
Pasaron los días, en mi mente comienzo a tener pensamientos como estos. Si nací en Puerto Rico, es para ser boricua y cristiano. Si Dios hubiese querido que fuera budista o hinduista me hubiese dejado nacer en la India ó si hubiese querido que no fuera católica me hubiera dejado nacer en África. Sin saberlo me estaba pasando como dice San Pablo, me estaba renovando por la mente. Empezaba a aceptar al Señor, muy tímidamente pues después de tanto que había criticado.
En eso llegó un amigo de Miami, vuelto al Protestantismo, pero donde manifestaba una fe y una amistad con Jesús sorprendente, lo había conocido como un adicto a la cocaína en el caserío y estaba predicando. Una prima de él me dijo que él deseaba hablar conmigo para recordar ciertas anécdotas y verificar otras que le rabian contado acerca de mí. Fui más bien retando al Espíritu Santo. Luego de charlar un rato me despedí de él y él me pide permiso para orar por mi esposa y especialmente por mí. Dije que estaba bien. Y cuando me toco el turno a mí, comencé a orar yo también. Le pedía a Jesús que viniera a mi corazón, que estaba cansado de sufrir de la depresión y de pecar. Y el milagro ocurrió, sentí como dentro de mi pecho algo se volteaba. Os daré un nuevo corazón, y os infundiré un espíritu nuevo; os quitaré ese corazón de piedra que ahora tenéis, y os pondré un corazón de carne. Eze. 36:26. Al yo pedir a Jesús que viniera a mi corazón no sabía que se cumpliría lo que dice Ap. 3:20” Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.”
Para honor, gloria y honra de mi Señor Jesucristo ahora soy una nueva criatura. Como dice la Palabra de Dios en 2 Cor. 5:17 Así que, si alguno en Cristo, nueva criatura: lo viejo ha pasado; he aquí se ha hecho nuevo todo. Desde ese mismo momento deje los antidepresivos, me liberé del habito de beber, mis gustos cambiaron, solo oigo música cristiana, dejé de maldecir, tengo domino propio, paz, alegría, gozo en el Señor. Las sombras se alejaron de mi vida.
Estuve como 4 meses con los evangélicos aprendiendo de la Palabra, pero sin darme cuenta ocurrió otra renovación en mi mente y comencé a rezar El Ave María y me empezaron a doler las criticas a la Iglesia Católica, después de todo fui bautizado y confirmado en la Iglesia Católica. Hasta que un día sentí un suave aroma al salir de mi casa, como a flores y creía que era un nuevo perfume de mi esposa. Y le dije a mi esposa que ese perfume era exquisito y debería ser muy caro pues se notaba que era fino y cual fue mi sorpresa al decir que ella no tenía perfume puesto. Se lo dije a mi suegra y ella sin temor a equivocarse me dijo que la Virgen, había pasado por mi lado. Fue a finales de septiembre ese suceso, me sentía ya incomodo en la iglesia evangélica. El 25 de septiembre volví a la Iglesia pero no podía comulgar ese domingo porque no me había confesado, que tristeza!!! El 30 de septiembre di parte de mi testimonio en la asamblea carismática de mi pueblo. Allí dijeron que al día siguiente era el Cenáculo por ser el primer sábado del mes. Había acordado ir ese sábado a arreglar el carro de mi esposa que tenia un ruido insoportable, para sorpresa nuestra el ruido se había ido y nos quedamos como decimos los boricuas bobo, pues decidimos ir a tomar la ultima parte del Cenáculo y tomar la Santa Misa. Pero que maravilla, cuando llegue me senté frente al Sagrario y sentí ese presencia en Jesús Eucaristía y comencé a llorar; lloré toda la Santa Misa y en la hora de comulgar lloré mas por no poder hacerlo. Cuando terminó la misa hablé con el sacerdote que la había celebrado, me confesé y para sorpresa mía dijo:”Ven”. Fue al Sagrario y me dio a comulgar y más llore yo. Jesús me estaba esperando, ese sábado para intimar conmigo. Y desde ese día no he faltado a Misa un domingo y trato de ir a Misa 2 ó 3 veces por semana. Dios escribe recto con líneas torcidas. Gracias a nuestra madre la Siempre Virgen María, estoy donde debo de estar, donde fui bautizado, hice la primera comunión, confirmado, casado, donde me han puesto ya los Santos Oleos y donde celebraran algún día una Santa Misa en mi recuerdo. Estoy en mi casa, una casa rica pero de riquezas espirituales, donde se reconocen a los mártires, santos y a nuestra Madre La Siempre Virgen María.
Todo esto sea para la honra, gloria y honor de Nuestro Señor Jesucristo.
Que nuestro Santo Padre Celestial le bendiga, que nuestro Señor Jesucristo le cubra con su Poderosa y Preciosa Sangre y que el Espíritu Santo siempre le guíe. Que la Siempre Virgen María le cubra con su manto lleno de amor.
Que este testimonio sea para honra y gloria de Nuestro Señor Jesucristo y a la vez sirva para constatar el hecho del papel de María como corredentora de la salvación de la humanidad.
Nací un 3 de enero de 1964, pero aún en el vientre de mi madre, se podría decir que sentía el desprecio que tenia mi padre por mí. Mi padre fue un maltratante tanto físico como en lo emocional. Era alcohólico y veterano de la segunda guerra mundial y del conflicto de Corea. Mi madre era lo contrario pero nunca demostró su amor, cuando crecí le tenía que pedir los besos, pues nunca los daba por su propia cuenta. Mis padres se divorciaron cuando tenía 18 meses de nacido. Mis padres al momento de mi nacimiento practicaban y creían en el espiritismo. Creían en una serie de supersticiones mezcladas con también rasgos de las religiones africanas. Fui bautizado católico creo mas que por tradición que por fe. Crecí en un ambiente donde los espíritus guiaban, hacían daño y se comunicaban con los seres vivos. Me desarrollo en un ambiente así con deseos de tomar venganza también de mi padre. A los 11 años nos mudamos a un caserío, era algo nuevo para mí. Vivir en un apartamento de cemento, ¡como estábamos progresando! pensaba en mi mente aún infantil. No sabía el estigma que tienen las personas que viven en un caserío. A los catorce años me invitaron a un grupo para darles catecismo a los jóvenes y la vez para prepararlos para la confirmación. Choque entre ideas, la nueva información que recibía que el espiritismo era satánico, mi mama era buena con todos, repartía de lo poco que teníamos, me enseño a rezar el Padre Nuestro, ¿cómo es posible que fuera mala, como esa práctica podía ser dañina? Pero aún así termine las clases e hice la Primera Comunión y más tarde la confirmación. Me desarrolle intelectualmente y académicamente muy bien. Mis materias favoritas matemáticas y ciencias, pero desarrolle un gusto por lo oculto, lo sobrenatural y lo misterioso, tristemente nunca leía la Santa Biblia. Algo dentro de mí luchaba, me acercaba a la Iglesia, pero no podía estar mas de tres semanas. Trate de ser monaguillo, pertenecer a la Juventud Acción Católica y hasta más tarde a un Coro de la parroquia, nunca perseveraba mas allá de tres semanas. Pero pobre y necio de mí, comencé a leer sobre la gran pirámide, sobre extraterrestres hasta el punto que creía que yo era un elegido por ellos. Leía revistas y libros de estos temas con el fin de tener buena información. Y así terminé la high school, con un buen promedio y me aceptó una universidad reconocida en la isla por aceptar a los mejores estudiantes para estudiar ingeniería. Pero me aficioné entonces al tarot, a tomar mucho alcohol y caí en la trampa del enemigo. Me sacaron de la universidad por bajo promedio y terminé en otra universidad un bachillerato. Pero me aficionaba mucho mas por las ciencias ocultas. Hasta que un día llegó a mis manos un libro titulado La Clavicula de Salomón, lo devolví era muy fuerte me dije para mí. Entonces aparecieron los libros de Connie Méndez, Carlos Castaneda y comencé a estudiar una espiritualidad con metafísica. Mas tarde leería los libros de Paulo Cohello, Miguel Ruiz y una serie de libros de pseudo espiritualidad y estos libros decían cosas que hacían sentir muy bien al lector: Si tienes este libro en tus manos es que eres un elegido o eres uno de los que tienen una semilla sembrada por nuestro Padres Celestiales. Me inculcaban que la Iglesia católica era una manipuladora, explotadora del hombre. Hasta leí que no había pecado ni infierno ni demonios que todo eso era para la manipulación del hombre, para mantenerlo a raya. Me convencieron a tal nivel que me jure a mi mismo no ser Católico nunca más. Que los Católicos eran unos ignorantes y los protestantes eran peores pues eran unos fanáticos, pero criticaba mas a los católicos por hipócritas; así me sentía yo. Termine la carrera universitaria y conocí una joven buena, con buenos principios pero era católica, me dije a mi mismo que mas tarde la cambiaría, que le mostraría la verdad supuestamente revelada a mi. Me creía tan superior, veía a los religiosos como ignorantes que buscaban en otro lugar la solución de sus problemas, los veía tan débiles que inventaron un Dios, un Jesús, para sus necesidades emocionales. Mi debilidad y mis complejos los cubría con un liderazgo lleno de miedo, mostraba al mundo una cosa y por dentro me moría de temor. Le daba mas autoridad a los malos espíritus que a Dios. No quería reconocer la lucha que sostenía dentro de mí, pues no quería ser como los débiles religiosos.
Me volví cínico con los cristianos llegué hasta decir en forma de burla” me libre de los cristianos Dios, que de los ateos me libro yo” Un día luego de casado con la joven. Comencé a sentirme mal emocionalmente, me sentía ansioso por el trabajo. Comencé a tomar mas alcohol también. En el 1997 mi esposa queda embarazada y que alegría y que angustia, seré como mi padre? ¿ Lo maltrataré? Nace mi hijo en octubre 27 con una extraña enfermedad, que agonía, muere el 25 de diciembre de 1997. Que dolor, que rabia con Dios que ironía verdad.
Empiezo a pecar, me leen el tarot. Más tarde le soy infiel a mi esposa.
Maltrato a mi esposa, me vuelvo un reflejo de mi padre. Que dolor parecerme a él. Comienzo a violar la ley: vendo CD’s pirateados, me robo la Internet, robo además el Disk, robo tiempo del trabajo. Me siento tan sucio pero no puedo parar. Me predican a un Jesús vivo pero me molestan que me prediquen.
Caigo en una depresión, comienzo a ver sombras a mi lado. Me da coraje con facilidad, mis ojos se vuelven rojos, me transformo en un ser maldiciente, mis buenos amigos me están sacando el cuerpo. Me hablan del Espíritu Santo y como estoy rebelde con Dios me hago tatuajes en mi cuerpo, algunos anticristianos. No creo en el amor de nadie, solo el de mi madre y ella muere el 29 de febrero de 2004. La única que me ama se muere. En marzo 3 de 2005 tomo la decisión de quitarme la vida, no soporto vivir sin el amor de mi madre, no creo en el amor de mi esposa ni nadie más, menos en el amor de Dios. Fui a la tumba de mi madre con dos potes de insulina uno nuevo y uno lo había usado 2 ó 3 veces. Y me inyecte casi las 2,000 unidades de insulina, era tan cobarde que quería morir sin dolor. Comencé a las 10 de la mañana y esperé hasta las 4 de la tarde y nada pasaba. Como peleé con Dios, le decía déjame morir, tan malo soy que ni al infierno me quieres dejar ir!!!. Que Necio, estúpido soy. Volví a casa triste, frustrado, le había dejado una nota a mi esposa, pero no especificaba lo que iba a hacer. Cuando le dije se volvió loca de dolor y le pidió a Dios que la dejara morir a ella en vez de a mi. Y comenzó un proceso en mi de reconocer su amor por mi. Fui al medico al otro día y me dio tremendo regaño y mostró lo decepcionado que estaba conmigo.
Pasaron los días, en mi mente comienzo a tener pensamientos como estos. Si nací en Puerto Rico, es para ser boricua y cristiano. Si Dios hubiese querido que fuera budista o hinduista me hubiese dejado nacer en la India ó si hubiese querido que no fuera católica me hubiera dejado nacer en África. Sin saberlo me estaba pasando como dice San Pablo, me estaba renovando por la mente. Empezaba a aceptar al Señor, muy tímidamente pues después de tanto que había criticado.
En eso llegó un amigo de Miami, vuelto al Protestantismo, pero donde manifestaba una fe y una amistad con Jesús sorprendente, lo había conocido como un adicto a la cocaína en el caserío y estaba predicando. Una prima de él me dijo que él deseaba hablar conmigo para recordar ciertas anécdotas y verificar otras que le rabian contado acerca de mí. Fui más bien retando al Espíritu Santo. Luego de charlar un rato me despedí de él y él me pide permiso para orar por mi esposa y especialmente por mí. Dije que estaba bien. Y cuando me toco el turno a mí, comencé a orar yo también. Le pedía a Jesús que viniera a mi corazón, que estaba cansado de sufrir de la depresión y de pecar. Y el milagro ocurrió, sentí como dentro de mi pecho algo se volteaba. Os daré un nuevo corazón, y os infundiré un espíritu nuevo; os quitaré ese corazón de piedra que ahora tenéis, y os pondré un corazón de carne. Eze. 36:26. Al yo pedir a Jesús que viniera a mi corazón no sabía que se cumpliría lo que dice Ap. 3:20” Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.”
Para honor, gloria y honra de mi Señor Jesucristo ahora soy una nueva criatura. Como dice la Palabra de Dios en 2 Cor. 5:17 Así que, si alguno en Cristo, nueva criatura: lo viejo ha pasado; he aquí se ha hecho nuevo todo. Desde ese mismo momento deje los antidepresivos, me liberé del habito de beber, mis gustos cambiaron, solo oigo música cristiana, dejé de maldecir, tengo domino propio, paz, alegría, gozo en el Señor. Las sombras se alejaron de mi vida.
Estuve como 4 meses con los evangélicos aprendiendo de la Palabra, pero sin darme cuenta ocurrió otra renovación en mi mente y comencé a rezar El Ave María y me empezaron a doler las criticas a la Iglesia Católica, después de todo fui bautizado y confirmado en la Iglesia Católica. Hasta que un día sentí un suave aroma al salir de mi casa, como a flores y creía que era un nuevo perfume de mi esposa. Y le dije a mi esposa que ese perfume era exquisito y debería ser muy caro pues se notaba que era fino y cual fue mi sorpresa al decir que ella no tenía perfume puesto. Se lo dije a mi suegra y ella sin temor a equivocarse me dijo que la Virgen, había pasado por mi lado. Fue a finales de septiembre ese suceso, me sentía ya incomodo en la iglesia evangélica. El 25 de septiembre volví a la Iglesia pero no podía comulgar ese domingo porque no me había confesado, que tristeza!!! El 30 de septiembre di parte de mi testimonio en la asamblea carismática de mi pueblo. Allí dijeron que al día siguiente era el Cenáculo por ser el primer sábado del mes. Había acordado ir ese sábado a arreglar el carro de mi esposa que tenia un ruido insoportable, para sorpresa nuestra el ruido se había ido y nos quedamos como decimos los boricuas bobo, pues decidimos ir a tomar la ultima parte del Cenáculo y tomar la Santa Misa. Pero que maravilla, cuando llegue me senté frente al Sagrario y sentí ese presencia en Jesús Eucaristía y comencé a llorar; lloré toda la Santa Misa y en la hora de comulgar lloré mas por no poder hacerlo. Cuando terminó la misa hablé con el sacerdote que la había celebrado, me confesé y para sorpresa mía dijo:”Ven”. Fue al Sagrario y me dio a comulgar y más llore yo. Jesús me estaba esperando, ese sábado para intimar conmigo. Y desde ese día no he faltado a Misa un domingo y trato de ir a Misa 2 ó 3 veces por semana. Dios escribe recto con líneas torcidas. Gracias a nuestra madre la Siempre Virgen María, estoy donde debo de estar, donde fui bautizado, hice la primera comunión, confirmado, casado, donde me han puesto ya los Santos Oleos y donde celebraran algún día una Santa Misa en mi recuerdo. Estoy en mi casa, una casa rica pero de riquezas espirituales, donde se reconocen a los mártires, santos y a nuestra Madre La Siempre Virgen María.
Todo esto sea para la honra, gloria y honor de Nuestro Señor Jesucristo.